Capítulo 31. Deseos cumplidos

6 2 5
                                    

A Megan se le había olvidado cómo respirar.

Con dificultad podía procesar todo que veían sus ojos. Por un lado, estaba Nina parada frente a la mesa de los profesores, muy enojada, reclamándole algo a Slughorn. Por otro lado, estaba el director Dumbledore desde su lugar, tratando de hablar con ambos y con Lena, quien también estaba frente a la mesa de los profesores, pero a una distancia más considerada. Y, por último, todas las demás chicas de Brujas de Medianoche estaban de pie, aunque se mantenían en su lugar desde sus respectivas mesas.

—... ¡Y no es así! —gritaba Nina al profesor Slughorn—. ¡Si no lo ve, es porque no quiere! ¡Pero usted no me va a decir a mí, que el trato desigual que he recibido toda mi vida es una mentira!

—Señorita Sutherland —le hablaba el director a Nina, sin levantar la voz—. Le pido de la manera más atenta que no grite.

—¿Lo ves, Dumbledore? —Slughorn se dirigió al director—. Te dije que serían un gran problema. ¿Ya viste cómo se está dirigiendo a mí?

—¡Y no quiera venir a desprestigiar nuestra sociedad cuando hemos tratado de comunicarnos con ustedes en repetidas ocasiones!

—Lo lamento mucho, profesor Dumbledore —se disculpaba Lena por los gritos de la slytherin—. Pero creo que esta vez Nina tiene razón. Hemos intentado contactar con usted y con los Jefes de Casa por meses y nunca han respondido a nuestras cartas. De haber contestado no se habría llegado a esto.

Esa interacción era una locura, nadie le hacía caso a nadie, pero todos seguían hablándose entre sí. El resto del colegio miraba estupefacto, incluso los profesores no se atrevieron a meterse en la discusión. McGonagall era la única que miraba todo aquello con bastante calma.

—¿Un problema? ¡Por supuesto! —volvió a gritar Nina, contestándole a Slughorn—. ¡Seremos su peor pesadilla cuando se trate de protegerlas a todas ellas! —señaló furiosamente alrededor del comedor.

Antes de que las cosas se pusieran peor, o que Nina perdiera más los estribos, Megan respondió en el acto: —¡NINA, BASTA!

Y entonces, todas las miradas recayeron sobre ella. Dumbledore, especialmente, la observó con curiosidad.

La pelinegra respiró profundamente, armándose de valor para lo que venía a continuación y, pronto, caminó hacia la mesa de los profesores, con paso firme y la frente en alto (porque, al menos ese día, no podía decir con los hombros cuadrados). Se colocó delante de Lena, como si quisiera protegerla de una amenaza, y le hizo una seña a Nina para que también se situara detrás de ella.

La slytherin, quien se había sosegado al escuchar la voz de Megan y por fin había dejado de gritar, le hizo caso inmediatamente.

—Buenas noches, Profesor Dumbledore —comenzó, ignorando el desastre anterior. Eso pareció gustarle al director, porque percibió un ligero brillo de diversión en su ojos—. Mi nombre es Megan Pinnock, líder de Brujas de Medianoche. Y como ya se habrá dado cuenta, somos una sociedad feminista que intenta combatir las desigualdades sociales que sufrimos las chicas en este colegio.

Dumbledore le dedicó un asentimiento de cabeza, reconociendo sus palabras. —Gracias, señorita Pinnock, por presentarse. Me alegra por fin conocer las caras de esta interesante hermandad.

—Nos gustaría mucho hablar con usted en privado para tratar diversos temas importantes... y arreglar todo este desacertado asunto, por supuesto —hizo un ademán con la mano buena—. Si fuera tan amable de recibirnos en su oficina, lo agradeceríamos mucho, profesor Dumbledore.

Slughorn se revolvió en su lugar. —Lo que deben arreglar es un castigo para todas ellas, Dumbledore.

Megan le lanzó una mirada bastante hostil a Slughorn. Ella venía de la enfermería con un brazo recién curado y no estaba de humor para escuchar las tonterías que le encantaba decir al profesor.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

WOMAN'S WORLD || James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora