RUBY [DEMO]

CAPÍTULO 4 - NOSOTROS

La pelirubí ya había terminado con su acto heroico de la semana en el pequeño incendio al que acudió. Y tan rápido como se alejó de la escena, avisó a Troy por el pequeño comunicador.
— Ya está, no era mucho —dijo serena.— Nos vemos en el mirador abandonado, donde solíamos quedar los tres.

— Será lo mejor para que te pierdan de vista, que no vean donde vives, allí nos vemos Nicole.

El mirador al que se referían es un mirador abandonado en la montaña al norte de la ciudad, para acceder hay que saltar algunas vallas y andar a pie, ya que está semidestruido y el acceso no es fácil. Ambos solían ir ahí cuando eran adolescentes junto con Iza, era su lugar para desconectar juntos, por lo que guarda un sitio muy especial para ellos en sus memorias. De vez en cuando van para recordar los momentos con Iza. Ella falleció la noche del 30 de mayo en un incendio sucedido en su propia casa, la policía cerró el caso sin investigación previa como un accidente, y actualmente, casi 10 años después, nadie sabe qué pasó realmente aquella noche.

Troy condujo tranquilamente hasta llegar a la montaña, dejando el coche aparcado unos metros antes del mirador, para entrar caminando a través del bosque. Nicole ya le esperaba ahí, apoyando uno de sus pies contra uno de los viejos muros del mirador y el sol atardeciendo tras ella.

— ¿Llego tarde? —preguntó con dulzura él.

— Soy yo la que llega antes.

— ¿Cómo ha ido?

— Bien, no han necesitado mi ayuda demasiado.

— Me alegra que haya ido bien, bueno, ¿vamos a casa?

Ambos se respondían con tranquilidad hasta que ella hizo un inciso.
— Espera...

— ¿Qué pasa? —se preocupó.

— Troy, yo... —su voz se tornó temblorosa y llena de nervios.

— Nicole, ¿estás bien? —insistió preocupado.

Estaban uno frente al otro, Troy no dejaba de mirarla, preocupado, pensando que algo podría haberle pasado, Nicole hizo una pausa mordiéndose nerviosa el labio inferior casi entero, mirando al suelo, y cuando parecía que no iba a decir nada más, levantó la mirada clavando sus ojos en los de él.

— Yo... Te quiero Troy, y no solo como amigo.

Su corazón dio un vuelco al escuchar esas palabras, algo que jamás pensó que podría llegar a escuchar, y quedó completamente atónito mirándola.

— Desearía haberte dicho esto hace muchos años, pero nunca he encontrado las palabras correctas, ni el momento correcto, pero te quiero y he estado enamorada de ti desde que tengo memoria.

De los nervios que tenía de estar expresando lo que más le costaba, no pudo mantenerle la mirada más tiempo a Troy, y perdió la mirada en el suelo hacia sus propios pies. Aunque al terminar de soltarlo todo, buscó de nuevo su mirada esperando una respuesta, ya que él no respondía y tan solo la miraba boquiabierto.