CAPÍTULO 5 - EL DEMONIO DE LAS MIL CARAS

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2 A.M.
La luna brillaba por completo en el cielo sobre a este lado de la Tierra; y como es usual cuando llega la noche, todo queda en un mayor silencio. Nicole y Troy seguían durmiendo abrazados el uno al otro, Max también dormía, el otro Max probablemente no...

Pero no todo el mundo descansaba, el mundo nocturno empieza a moverse cuando el resto de la ciudad está en silencio. Y al igual que muchas otras ciudades, en esta también hay burdeles al costado de carreteras perdidas de la vista de la ley, y de camino a uno de ellos se dirigía una joven rubia completamente sola, con sus botas de tacón rojo a juego con el resto de la ropa ajustada y el pintalabios. Pronto llegó a una de las puertas traseras del lugar, aporreó la puerta con no mucha fuerza y esperó. A los pocos minutos, dos hombres mucho más mayores que ella, abrieron. 

—  ¿Qué quieres chica? — le decía uno de ellos fumando.

—  Venía en busca de... — hizo una pausa entrecerrando uno de sus ojos algo molesta por el humo del tabaco.— Ya saben... Trabajo.

Los hombres la miraron de arriba a abajo y en especial, miraron sus grandes pechos, mientras ella les sonreía amable. Se miraron cómplices y la dejaron pasar quedándose tras ella.

—  Claro, pasa bonita. Ven con nosotros.

—  Muchas gracias —sonrió pícara.

—  ¿Qué tal si empiezas por desnudarte? —decía mientras se colocaba tras ella por completo y dejaba que su compañero se pusiera delante de ella, acorralándola.

— Claro —respondió tranquila mientras miraba de reojo al hombre tras ella sin mover un pelo.

Ambos se sonrieron entre ellos, ella metió lentamente una de sus manos dentro de su camiseta en dirección hacia sus pechos, y cuando pensaban que estaba por quitársela, en segundos sacó dos pequeñas cuchillas rebanando la garganta del hombre que se había puesto tras ella mientras le miraba al otro hombre con una sonrisa sin dientes de oreja a oreja.

— ¡MALDITA HIJA DE PUTA! —gritaba mientras intentaba sacar torpemente un arma.— TE VOY A...

Antes de terminar con su frase, ya había tenido el mismo destino que su compañero.

— Cariño... Los hombres sois taaan... estúpidos.

— ¿QUÉ ESTÁ PASANDO? —llegó otro hombre corriendo para encontrarse con ella mirándole sonriente.— TE VOY A MATAR DESGRACIADA.

Disparó contra ella fallando el tiro y al igual que a sus otros dos compañeros, ella le quitó la vida sin miramientos. Esperó unos segundos en silencio comprobando si se encontraban más hombres y tomando el arma con la que habían intentado asesinarla, empezó a recorrer el lugar, llegando por último al hall donde estaban las mujeres con las que esos hombres traficaban.
Las miró un segundo con una mirada seria y siguió buscando, hasta que un hombre salió de detrás de la barra intentando acabar con la mujer. Y sin medir palabra, disparando con una sola mano, ella disparó contra las manos del hombre, haciéndole soltar el arma, y acto seguido a una de sus rodillas para que cayese al suelo.

— ¿Solo erais cuatro? Que fácil ha sido esta noche —se puso encima del hombre apuntando a su cabeza.— Bueno cielo, ahora que estamos solo tú y yo... Tienes unos minutos para contestarme a unas preguntas antes de desangrarte.

— No pienso contestarte a nada, hija de puta.

— Está bien, vamos a mejorar esto.

Se agachó con elegancia poniéndose a un lado del hombre para clavarle una de las cuchillas en los genitales. Él comenzó a gritar mientras ella retorcía más la cuchilla.

RUBY [DEMO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora