Mirada Gris

III

AMANDA.

Por fin estoy en la universidad. La recta final de mi camino académico... Es el primer día, pero todo final debe tener un inicio, ¿No?

— Siento que voy a morir en cualquier momento — se queja Scott quedándose sin aire.

— Yo sabía que no era buena idea irnos de fiesta un día antes del inicio de clases — comenta Alex acomodándose sus gafas oscuras.

Él quiere sonar como si él fuera la voz de la cordura, pero todos sabemos que no lo es.

Después de que tuve mi encuentro anoche con el idiota de los ojos grises, me subí al auto. Alana se preocupó y fué a buscarme, me preguntó sobre quien era ese chico y porque me estaba molestando.  Decidí contarle todo para poder desahogarme, pero le pedí que no le contara nada a Alex.

Ella se quedó conmigo en el auto y esperamos a los chicos. Dos horas después todos regresaron con más alcohol en el sistema que nunca. Tuve que conducir de regreso mientras Alana ayudaba a que Emily vomitara en una bolsa.

Ahora todos están sufriendo las consecuencias de todo eso, con una pésima resaca.

— Voy a morir... — Emily se veía terrible, la verdad ya parecía muerta.

— Vamos al salón de conferencias — Dice Alana levantándose — Ya casi inicia el discurso de bienvenida.

Todos nos levantamos, unos más emocionados que otros, y nos dirigimos al salón de conferencia.

(.)

— Sólo me queda darles una calurosa bienvenida a los nuevos egresados, espero y su estadía en nuestra institución les sea provechosa — Termina la conferencia el rector de la universidad.

De inmediato la sala se llena de aplausos.

— Gracias a Dios terminó de hablar, estaba a punto de quedarme dormida — Dice Emily bostezando.

— Por lo menos no lo hiciste, otros no tuvieron tanta resistencia — Comenta Alana señalando a un Alex dormido recostado de su hombro.

— Repugnante — Emily hace una mueca de asco al ver como el hombro de Alana se llena de baba.

— Bueno, es hora de ir a mi facultad — aviso tomando mi mochila.

— Amy, ¿Por qué tuviste que estudiar esa carrera? Ahora estaré sola — Emily me hace un lindo puchero.

— No estarás sola, tendrás a Scott y Harry.

— Dos inútiles, ¡Que emoción! — dice con sarcasmo.

— Deja el drama.

— Que ruidosas son — Alex se despierta.

— Siento mucho despertarlo su majestad — hago una reverencia.

— No estoy de humor Amy — me mira con la cara seria.

La cara somnolienta de Alex lo hacía ver un poco tierno. Y es que mi amigo es un chico muy atractivo. Alto y fornido, pero no de forma exagerada. Piel trigueña llena de pecas. Ojos color café claro, adornados con unas pestañas largas y risadas. Nariz respingada. Labios rosados finos pero rellenitos. Cejas un poco gruesas. Cabello rojo natural. Sonrisa seductora con la que muchas han caído y una voz varonil.

En fin, mi amigo el zanahoria es muy guapo.

— Dónde se habrán metido Scott y Harry.

— Es cierto, en ningún momento los ví entrar a la conferencia.

— Ya sabes como es Scott, de seguro se fué directo a la facultad y Harry se fué detrás de él — Alex tiene razón.

Scott es de los relajados que se saltan el relleno y van directo al grano. No se anda con rodeos, y Harry siempre anda cuidando cada paso de Scott.