IX

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AMANDA.

La mirada de Álex era demandante, estaba muy enojado. Se notaba en su cuello y en como apretaba y aflojaba la mano izquierda para calmarse.

Siempre hacía eso cuando estaba molesto.

Su mirada se detuvo en mi brazo inmovilizado y en sus ojos se vió la confusión. Sus facciones se endurecieron mucho más, incluso pude ver como una pequeña vena le brotaba del cuello.

— ¿Qué te pasó en el brazo? — preguntó lento y con calma fingida.

Muy diferente a la furia que detona de su cuerpo.

— Me resbalé en el baño — mentí intentando verme muy creíble.

Pero claro, estamos hablando de Álex y él no se deja engañar fácilmente.

— No me mientas Amanda — suspira buscando la calma — tu y yo sabemos que eso no es verdad, y por juzgar la cara de miedo que tiene la mentirosa de Emily eso pasó en el lugar donde estuviste anoche — mira mal a mi amiga — ¿O me equivoco?

Bueno, tendré que tomar una decisión. Miré a la castaña, suspiré y volví a mirar al pelirrojo.

— Tuve una cita — solté sin más.

La cara de Álex se desfiguró, incluso podría decir que su mente hizo algún tipo de cortocircuito.

— ¿Qué? — me veía con lo ojos bien abiertos.

— Salí con un chico, Álex.

Emily me miraba como si hubiera perdido la cabeza y Álex parecía petrificado.

— ¿Quién es? — pregunta el pelirrojo aún consternado.

Decirle el nombre del chico no está en mis planes, tampoco estoy tan loca.

— Es alguien sin importancia.

— ¿Lo conozco? — me mira esperando la respuesta.

— Álex, no es necesario...

— Si es, ¿Lo conozco?

Abrí la boca para hablar, pero un grito nos interrumpió.

— ¡Álex!

Alana estaba a la distancia llamando al pelirrojo.

— ¡Tenemos que entrar a clases! — le vuelve a gritar señalando el lugar en donde se encuentra su área.

Álex suspiro con evidente fastidio y se acercó a mí.

— Cuando salgamos terminamos esta conversación — me toma la cara con ambas manos y deposita un tierno beso en mi frente — y espero que ese chico no sea el culpable de que te lastimaras.

Me suelta y se va a donde está Alana.

— Estás loca Amanda, muy loca — dice Emily mirando a Álex mientras se aleja.

— Es mejor que lo supiera por mí, a que se lo diga otra persona — me encojo de hombros.

— Ajá, pero ¿Qué pasará cuando descubra quién es el chico que salió contigo? O peor aún ¿Qué se enteré que por culpa de su guardaespaldas tienes un hombro vuelto mierda? Dios mío, ya me ví visitandolo en prisión — la paranoia de Emily se estaba disparando de forma extrema.

— Nada va a pasar porque Álex nunca se enterará de nada, ahora vámonos a clases — zanjo el tema yéndome a clases.

En el camino hacia mi área recordé la indiferencia de Derek, parece que no le importa que por su culpa estoy como estoy.

Mirada Gris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora