XII

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AMANDA.

He pasado una semana entera, y en todo ese tiempo no he asistido a la universidad.

Cuando mamá vió como estaba, casi le da un infarto. Me revisó como loca y el interrogatorio que me hizo fué súper exhaustivo, en cuanto se percató que no estaba en peligro de muerte se calmó un poco, pero me obligó a llevar un justificativo médico para que tuviera el reposo necesario.

Y... Aquí estoy, con mi hombro un 95% mejor y completamente aburrida. Gracias al cielo que Gwen se ofreció a darme todos los apuntes de la semana, si no, tendría que ver clases extras para ponerme al día.

Lo único bueno de todo esto, es que mi vista no es perjudicada por el par de ojos grises culpables de mis últimas desgracias.

Derek es un maldito, ha traído mala suerte a mi vida como nunca antes.

— ¿Ya tu hombro está bien? ¿No te duele? ¿Puedes moverlo? — Harry me miraba el hombro con preocupación mientras me hacía muchas preguntas.

— Ya estoy bien Harry, tranquilízate.

— No sabes lo preocupado que estaba, no soportaba verte así Mandy.

Harry solía ser demasiado exagerado con muchas cosas. Y más si se trataba de que alguno de nosotros estábamos lastimados.

— Ya déjala Harry, te acaba de decir que está bien — lo regaña Álex.

— Tu ni hables, que estabas como un puto loco cuando te enteraste que estaba lastimada.

Álex bufa con fastidio haciendo que Harry lo fulmine con la mirada.

— Tan intensos — les dice Emily —por eso es que no tienen novia.

— ¿Y quién dice que yo quiero una novia? Estoy soltero porque me da la gana — se defiende Álex.

— Claro, todos sabemos que es por eso.

— No empiecen, por favor — les pido casi en una súplica — hoy no quiero dramas.

— Lo siento nena.

— Bueno, ya es hora de hacerle una visita a Devon — interviene Scott — la vez pasada pregunto mucho por ti.

— Es cierto, tu ausencia lo entristeció demasiado.

Escuchar eso hizo que mi corazón me doliera. Devon debe pensar que no lo quiero ver, debe estár muy triste.

— Podemos ir mañana después de clases — nos recomienda Alana — hoy podemos comprar regalos para él.

— Necesito comprarle algo lindo para compensar mis ausencia.

Algunas personas piensan que estamos malcriando al pequeño Devon, pero lo cierto es lo más importante para él es todo el cariño que le ofrecemos.

Él no es un niño interesado.

— Es hora de irme — El pelirrojo se estira en el sillón — mamá necesitaba ayuda con un par de cosas.

— Nosotros también tenemos que irnos — se levanta Harry — un par de castaños necesitan terminar unas conclusiones y resúmenes — mira a Scott y Emily.

— No es tanto.

— ¿No? Bueno, 3 conclusiones y 4 resúmenes seguro que es pan comido para ustedes.

— ¿Qué? — se exalta Emily — ¿Por qué son tantos?

— Porque ustedes dos — los señala — decidieron jugar mientras yo escribía la mayor parte del trabajo y ahora todo se les acumuló.

Mirada Gris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora