AMANDA.
— ¿Hablas enserio? — miraba a Derek como si le hubiera salido otra cabeza.
— Sé que es raro, pero literalmente eres mi única opción.
— ¿Tú única opción? — arqueo una ceja — yo creo que tienes muchas opciones a parte de mi.
Cómo por ejemplo la chica morena con la que estaba hablando muy a gusto el otro día.
Pero claro que no le diría eso.
— Sólo dime si irás conmigo o no.
Pensé por un momento lo raro que me resultaba todo esto. Pasé muchísimos días ignorando su presencia, (cosa que al parecer le valió un reverendo pepino), y de pronto viene a mi casa a suplicarme que lo acompañe a una fiesta.
Eso es tan raro y... Sospechoso.
Es decir, ¿Por qué yo? Si se nota que no me soporta en lo más mínimo. Y que no me venga con el cuento de que soy su única opción, porque sólo le basta decir que necesita una acompañante para que un montón de chicas se aparezcan.
— Depende.
Arruga el entrecejo un poco confundido por mi respuesta.
— ¿De qué?
— Bueno, tienes que decirme que tipo de fiesta es, el lugar, el día, la hora — me cruzo de brazos — necesito detalles.
— Es una fiesta familiar en mi casa, mañana a las 7pm.
Esperen, ¿Qué acaba de decir?
— ¿Fiesta familiar?
— Es una ocasión en donde se reúne toda la familia...
— Sé lo que es una fiesta familiar imbécil — lo miro con ganas de apuñalarlo.
— ¿Entonces?
— Es que pensé que era otro tipo de fiesta...
— En fin, ¿Irás?
Casi le digo que no, pero mi lado malvada se activó de repente y me llegó una gran idea.
— ¿Qué gano yo si te acompaño a esa fiesta?
Jamás se espero eso, lo sé por su cara de “¿Qué mierda?” con la que me mira ahora.
— Es decir, no pensarás que lo haré por nada — me siento en el posabrazos del sillón frente a él.
Se me queda mirando por un rato con su mejor cara de estúpido, mientras yo no podía contener la sonrisa de satisfacción que me causaba esto.
— ¿Cuanto quieres?
Oh cariño, esa no es la pregunta.
— La pregunta aquí es, ¿Qué quiero?
— Bien, ¿Qué quieres?
¡Esto será divertido!
— Me llevarás, por un mes, todos los días un café helado con caramelo a nuestra primera clase.
Bufa soltando una carcajada.
— Estás loca, no haré eso.
— Entonces, no iré a tu fiesta — me miro las uñas fingiendo desinterés.
— ¿Qué?
— Sólo iré con esa condición.
Lo miro debatir entre que hacer, incluso puedo escuchar los engranajes en su cabeza trabajando para tomar una decisión.
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Mirada Gris
Novela JuvenilOjos. Se dice que los ojos son la ventana del alma, y que un vistazo a ellos te hará saber la historia detrás de cada persona. Pero existen personas enigmáticas que no son tan fáciles de leer, que no te dejan ver su historia y que sin darte cuenta t...