Demolición [Gally y tú] Libro II

Capítulo Quince

"Carry on, my wayward son, there'll be peace when you are done. Lead you're weary head to rest, don't you cry no more."
Carry On Wayward Son - Kansas

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Capítulo Quince

—¿Seguros que no necesitan ayuda?— preguntó Sartén, inseguro con respecto a lo que estaban a punto de hacer.

—¿Allá?, Sartén, eres uno de los más vitales en este plan. Sin ti en la grúa, ¿Qué hacemos?— mencionó ____, mientras tomaba por el brazo a Teresa, quien se veía algo insegura respecto a la situación.

—_____, escúchame, Tomás podría salvarnos a todos— ____ no parecía prestarle importancia, si bien, la escuchaba —Brenda, Brenda tuvo una transfusión de Tomás hace meses, sigue viva ¿Entiendes lo que eso significa?, que es la cura.

—Significa que te estás metiendo en asuntos que no te importan, Teresa— le comentó —Sea lo que sea Tomás, no es tu trabajo decidir por él, tu trabajo es hacer mezclas en un laboratorio, deja de jugar a ser Dios, solo nos estás hundiendo a todos contigo.

—Lo siento— hizo contacto visual —Mi intención jamás fue que pasáramos por el infierno que pasamos, ¿sí?, yo solo quería ayudar. Todo hubiera funcionado si íbamos de acuerdo al plan y yo...

—Como dije...— la calló —Deja de jugar a ser Dios, Teresa. Somos humanos, y ya cállate, sé que no cambiarás de opinión, ni tampoco yo, eres muy inteligente, deberías saberlo— la jalo del codo —Vámonos— bajo su casco, los demás siguieron su acción y se encaminaron.

El plan era tan complicado como podría serlo. Y todo se complicaba ahora, que Newt estaba decayendo, Mckenzie no había entablado palabra con ____, pero parecía calmado dentro de sí, lo estaba, Mckenzie entendía cómo se sentía ____, así que decidió darle su espacio hasta que pensara con la cabeza fría, se mantenía cerca de ella para cubrirlas, aunque el plan marchaba bien.

Llegó el momento, ____ entregó a Teresa a Tomás y Newt. Ella iría con Gally y Mckenzie por el suero.

Comenzaron a caminar al estacionamiento, entrando y encontrándose en el camino con dos guardias que les hicieron un ademán saludando, cada uno con una bolsa de papel café en su mano, parecía de la peculiar marca mcdonalds, ____ jamás había podido probarlas, actualmente las marcas grandes trabajaban solo para las empresas gigantes y gente de dinero, al igual que todos los recursos actualmente, no pudo evitar sentir tristeza. Eso era, tristeza, era el sentimiento más común que ella sentía actualmente. En los últimos meses.

No podía escapar de ella, a donde iba, ahí estaba, llamándola.

Y ella la siguió, una vez en específico. Una vez que creía haber ido a una misión normal al lado de Mckenzie, pero los caminos se separaron, debían ir a lugares diferentes y reencontrarse, ese fue el día que volvió a ver a Teresa. Era un día lluvioso y gris en la ciudad, las personas caminaban como si estuviesen automatizados, sin mirar a los lados, confiando en la disciplina de los semáforos por toda la ciudad, las rutas marcadas por el reloj cada quince minutos. Y ella sintió lo peor, sintió envidia.

No angustia, no tristeza, no enojo.

La fea, y estúpida envidia.

Sintió envidia de que al menos, ellos tenían una casa a la cual llegar, tenían amigos, familia, un trabajo que tal vez no los llenaba, pero era importante para satisfacer su vida. Parecía que eran ajenos a todo lo que pasaba afuera, a las personas muriendo, convirtiéndose en monstruos ¿Pero qué les importaba? Mientras ellos no ardieran en ese mundo.