Capítulo Doce

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"Called to the devil and the devil said "quit".
You could let it all go, even the devil need time alone sometimes. It's called; freefall."
Freefall - Rainbow Kitten Surprise

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Capítulo Doce

Brenda cortaba pequeños trozos de frutas varias para una ensalada, un poco de manzana, piña, naranja, kiwi y gajos de mandarina. Estaba fascinada, no podía evitar probar una que otra al terminar de cortarlas.

Las frutas eran algo codiciado en estas épocas. Ya que, en los últimos años antes de la catástrofe, las personas ya no veían lo hermoso en cosechar sus propios alimentos, sí, se veían movimientos como el zero waste y distintas formas en las que se buscaba recibir alimentos frescos sin envoltorios, pero, no se les ocurría plantarlos ellos mismos. Así que al momento de que la catástrofe arrasó, las personas regresaron a lo básico, matar animales, el virus no los atacaba, así que no había problema. No se tenían las frutas suficientes, por otro lado, solo algunas personas lograron tener la mano, paciencia y determinación para lograr su crecimiento. Y las vendían al precio de los en sus entonces, autos del año. ¿Quién podría culparlos?, todos solo tratan de sobrevivir, si haces algo bien, nadie lo hace gratis.

Y tal fue la suerte, que C.R.U.E.L implantó en algunos de los "experimentos" el conocimiento de la agricultura, _____, era una de ellos, ______ era un experimiento particular, hecho para liderar, controlar y liberar. Ella contaba con conocimiento en agricultura, administración, combate y estrategia.
No fue casualidad, _____ fue elegida para dirigir el grupo A.

En el apartamento, en el último cuarto, había un centro de cosechas bajo el manto de la ventanilla, y algunas pocas, que no alcanzaban, recibían luz ultravioleta.

Árboles y plantas coexistían en paz, _____ se encargaba de cada ciertas horas proporcionarles el rocío adecuado, el oxígeno en esa habitación era diferente. Era puro.

Brenda encontró su felicidad en la isla en medio de este cuarto, donde seguía cortando las frutas.

—Es increíble ¿no?— interrumpió Jorge, adentrándose en la habitación —Millones de personas tratando de lograr sacar una de estas, y esta chica lo tiene todo.

—Lo es.

—Cuando yo era joven— comenzó, causando una risa en la morena —¿¡Qué?!.

—Cuando yo era joven— lo imitó, generando movimientos dramáticos con sus codos y enterrando el cuchillo a la tabla.

—Ja-ja. Sí, ríete, pero cuando lo era, solían decir que las personas que tenían la capacidad, el extraordinario poder de generar estas vidas, eran personas puras, felices y plenas— Brenda suspiro, negando con la cabeza mientras pelaba el kiwi —Necesito hablar contigo de ellos.

—¿Quiénes son ellos?.

—Gally y ____.

—No quiero hablarlo.

—No pregunté, Brenda. Esto es importante— se colocó a su lado, tomando una mandarina y ayudando a pelarla, dispuesto a seguir con la pila, mientras hablaba —Ellos se han reencontrado después de mucho.

—Sí...

—Ella lo ama.

—Lo sé.

—Y Ga...

—Y Gally la ama a ella— interrumpió, con tristeza en su voz —Lo note.

—¿Entonces?. ¿Por qué se lo haces tan difícil al pobre chico?.

—¿Qué?.

—La forma en la que cuando ella está a su alrededor de repente te da por demostrar todo tu cariño, ni siquiera lo llamas por apodos, ¿Y ahora resulta que sí?— colocó la mandarina en la tabla de cortar, asustando a Brenda, prosiguió con su acción —Ellos se aman. Para bien, o para mal tuyo. Y creo que deberías hacerte a un lado.

—¡Jorge!— clavó el cuchillo en la tabla, haciendo que su mirada se fijara en sus ojos —¡Yo también amo a Gally!— comenzó a limpiar sus manos con la toalla —¡Divierte cortando fruta!— tiro la toalla a su cara.

—Yo dejaría todo, si me dieran la oportunidad de ver de nuevo a mi esposa.

Brenda paró en seco, frenando sus lágrimas.

—Gally está vivo.

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—Listo— Gally abrió la puerta de la hammer, completamente uniformado, todos entraron y Mckenzie condujo hasta dejar el automóvil con el Grupo A, los chicos hicieron su paso a el interior de la ciudad, por las vías del tren, pero ahora, salieron por una puerta más grande, donde usualmente salían personas de rangos más altos que intendencia, o limpieza, o mecánicos.

—Bien, Tomas— ____ le hablo al chico, que hasta ahora habían llevado del codo, "arrestado" —Aquí nos separamos, sabes que haces— Newt removió su casco tranquilamente, puesto que no había nadie alrededor, el horario era estricto dentro de la ciudad con respecto al trabajo. Le cedió un beso delicado a Tomas en los labios.

—Más te vale que regreses a mí.

—Siempre.— le sonrió, colocando su capucha. Se giró sobre sus talones y se fue.

—¿Y ahora qué hacemos nosotros?— preguntó Gally.

—Vamos a ir a esas columnas de allí. Tomas la traerá quince minutos después de la salida, habrá gente, y no podemos quedarnos sólo parados. Cuando lo veamos en la entrada debemos escondernos.

—Bien— asintió Gally, Newt colocó nuevamente su casco.

—Pues, a trabajar.

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"Esto es una alerta, hay toque de queda"

—¿Tomas?— habló Teresa, persiguiendo al que creía, era el chico que ella conocía, él chico que había traicionado en las pruebas de fuego. Su perfil se dejó observar, conmocionándola, motivándola a seguirlo hasta la parte trasera del complejo, donde apareció, deshaciéndose de la capucha y viéndola fijamente, causando en Teresa sentimientos confusos, pero sobre todo, una revolución a su estómago -Tomas.

—Hola, Teresa.

—No deberías estar aquí...Si Jason se da cuenta de que estás aquí...

—No me voy a quedar— murmuró, para comenzar a acercarse a ella —Solo...Tenía que verte, tenía que preguntarte algo— tomó aire, para dejar salir sus palabras —¿Te arrepientes? ¿De lo que nos hiciste?— Teresa comenzó a desviar sus ojos a los lados, incómoda por la pregunta, tratando de encontrar las respuestas, mientras su labio inferior comenzó a temblar.

—A veces— soltó —Pero hice lo que creí correcto— una lágrima traicionera se deslizo por su mejilla —Lo haría de nuevo— la mirada de Tomas cambio. En ese momento, aniquiló todo resentimiento que tenía hacia lo que estaba a punto de hacer.

—Bien— Gally se deslizó por detrás, para colocar una bolsa por la cabeza de la chica, Mckenzie inyectó en su cuello un calmante.

—Vamos, por aquí— habló Mac, llevándolos por la parte más abandonada que había.

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Fin del Capítulo Doce

Capítulo Trece: Disponible el Sábado 05 de Mayo.

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Demolición [Gally y tú] Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora