VI.

7 2 0
                                    

Hola Collin

¿Puedes creer que mi papá, Otto Morel, me haya dejado participar? ¿A mí? ¿Cómo protagonista de una obra? ¿A mí? Y, no, peor aún, o mejor, sí, mejor aún, dejó que Shirley actuara!!

Ayer fue un día histórico, como los días que naaadie lee en los libros de historia pero que por alguna razón los más ancianos siempre se acuerdan. Estoy muy emocionado o nervioso, no sé muy bien, es que son tantas emociones y no sé cómo reconocerlas todas.

Todo fue gracias a Nellea Doupois, la nueva guionista, ella es increíble, creo que ambos tenemos la misma pasión para esto. Creo que esta obra saldrá espectacular.

Hoy empezaremos el ensayo, sorprendentemente, papá me dejará bailar con otro chico, repito: OTRO CHICO.

Ya te digo que Nellea es como una santa milagrosa haciendo milagros. Me iré a alistar entonces, espero que todo vaya tan bien como me lo imagino.

Con cariño, R.

——————————————————

Cuando solté mi diario, me apuré para ponerme las zapatillas y correr por los pasillos. Me encantaba correr solo con mallas y maillot puesto, me sentía más liviano y flexible. Corrí hasta llegar al teatro Luciole en donde ya se podía sentir la emoción del primer ensayo.

Hoy solo tocaría el ensayo del primer baile que era en el que yo sería protagonista. Conoceré a mi compañero ahora, aunque entre tanta gente se me hacía difícil distinguir quién era.

Estaban mis amigos habituales, Darren, Elio, Ammy, Nellea, Leonile... también se encontraban algunos chicos de la academia. Me acerqué a Darren como si fuera por inercia. Él se la pasaba monitorizando una computadora.

Escuchaba mucho murmullo y luego un sonido repetitivo, que así como yo, todos voltearon a ver de donde provenía. Era el señor Prescot que estuvo haciendo el sonido chocando dos bolígrafos entre sí.

—Ya que tengo la atención de todos, creo que es prudente empezar con el ensayo. Primero, presento a Otto Morel, él es nuestro director y dueño del teatro Luciole. Nosotros estaremos dirigiendo esta obra, así que cualquier duda que tengan... ya saben.

Miré a mi padre quien se acercó dejando de anotar algo en su libreta para prestarnos atención. A veces él también era un poco distraído, entonces no sé por qué se enojaba tanto conmigo por lo mismo.

—Por consiguiente, vamos a organizarnos un poco. Los míos, pónganse por allí.

Los bailarines que venían de la academia se reunieron a otro lado del escenario y así ya teníamos más espacio; quedábamos los del teatro, y otro chico, era alto —o tal vez solo yo era muy pequeño—, moreno, su cabello era rizo y largo, le caía por los hombros y tenía unos ojos muy oscuros. Me quedé mirándolo un momento hasta que sentí a Darren más cerca de mí.

—Él es Remi Lavigne —me susurró—, estudié con él en la secundaria.

—¿En serio?

Asintió.

—Es un buen tipo, bailarás con él —sentí algún tipo de insinuación en sus palabras.

No pude evitar sonrojarme por esa estupidez. «Bailarás con él».

—Ronan —ahora me llamó mi papá con su voz monótona y robótica de siempre—, colócate junto a Remi —me señaló al chico.

Le di un vistazo a Darren, pero él no me miró de vuelta. Me fui hacia el chico y lo saludé con la mano y esbozando una sonrisa en mi rostro, él me devolvió el mismo saludo, pero pude notar que parecía un poco nervioso y tímido.

The Blue Shore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora