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― Pero Foolish es muy lindo. 

Charlie soltó una carcajada sonora mientras miraba fijamente a Mariana. Alzó una ceja, recriminándolo. Bien, el chico era un total galán y su físico y manera de ser tan divertida (sólo a veces, claro) era cautivadora. Sin embargo, Charlie no pensaba totalmente igual.   

― ¿En serio? ― la sonrisa del castaño se alargó por su rostro. El otro asintió. 

― Bueno, quizás no tan lindo ― Slime alzó más la ceja. Mariana rodó los ojos ―. Bien, puedo que no sea muy agradable.  

Todos sabían eso. Foolish no solía ser muy amistoso y por aquel punto nadie había podido creer que el alegre Mariana y Foolish hubieran comenzado a salir. 

Ciertamente, a Slime no le agradaba para nada la relación. Su manera de pensar le impedía creer en la relación de ambos pues la ser tan diferentes no hallaban manera de que emparejaran. 

― Sí, por eso digo que no me agrada tu novio, pero creo que eso ya lo sabías ― admitió Charlie con la sonrisa torcida, sin alguna expresión que pudiese explicar más que un simple "me caes bien". 

Sus brazos descansaban en la mesa mientras el otro le miraba serio. Una duda surgió en su mente y giró la cabeza riéndose de sus propias locuras. Tapó con las manos su cara, sintiéndose avergonzado por las tonterías que pensaba y se borró aquella imagen de la mente. 

― Me caes bien ― apuntó Mariana con un dedo, sonriendo ―. Eres muy raro, algo así como... No sé explicarlo.  

Slime tenía la idea de lo que Mariana quería decir. La mayoría de las personas que se topaban con el menor solían decir lo mismo, pero a diferencia terminaban alejándose de él. La idea de agradarle a alguien no era muy mala después de todo. Quizá conseguiría a alguien para almorzar, o quizá no. Pero bueno, se estaba haciendo demasiadas ideas para un simple rato en el que habían estado hablando. 

El timbre de salida resonó en sus oídos y parándose de una, cerró el libro. Sonrió y salió a pasos pausados. 

― ¡Hey! ¿A dónde vas? ― la voz del castaño se escuchó cerca. 

― A casa.  

Aún no sabía cómo demonios había terminado con Mariana en una heladería

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Aún no sabía cómo demonios había terminado con Mariana en una heladería. Al principio se había negado poniendo la excusa de la mucha tarea que tenía, pero el otro no había cedido así que siguió con la idea de "pero tu novio se va a molestar". A lo que Mariana respondió que no interesaba. 

Tanta fue la insistencia que se comenzó a preguntar cómo demonios lo aguantaban en su casa. Al final terminó cediendo. 

― Entonces, Mariana, ¿No te importa en lo absoluto lo que digan de tu novio? 

Llevaban tiempo hablando sobre aquello. Slime muy torpemente había intentado hacerle ver al de cabello café las cosas que su novio hacía y el por qué; le dio su punto de vista y las razones que tenía para creer aquellas cosas, pero Mariana no cedió ni por un segundo. 

Slime esperó la respuesta del otro chico que parecía estarse incomodando. No le agradaba mucho hablar de su relación con Foolish, sobre todo porque al pálido no le parecía mucho la idea. A veces él mismo se cuestionaba si eran ciertos aquellos rumores. 

― Prefiero creerle a él ― asintió Mariana. La sonrisa del chico se extendió por toda su cara, haciendo que Slime se sintiera ligeramente mal. 

"Yo podría ser su novio" la mente de Charlie lanzó de repente. Se le subió el tono rojo a la cara sobre pensar eso. Slime se empezaba a negar aquella idea, no había sido posible que su mente se hubiera creado aquella loca y desfigurada imagen. Jamás debió tener esa idea. Jamás. Ni en la dimensión más descompuesta, ni en el lugar más loco del universo.  

― Oye, ¿Estás bien? Estás algo... Raro ― pasó la mano varias veces por la cara del menor.  

― Me tengo que ir ― levantó la mochila veloz, intentando tardar lo menos posible. 

En aquellos instantes quería huir del chico que lo había hecho tambalear. Corría el riesgo de que si se quedaba se confundiría aún más. 

Pero, ¿Y si en realidad siempre le había gustado? ¿Y si en realidad no es que Foolish le cayera bien? Esas preguntas comenzaban a hacerse un huracán en su cabeza, caminaba a paso rápido y comenzaba a lamentarse el haber dejado al de cabello café sin ninguna razón en particular; había sido un tanto descortés. 

Sacudió su cabello castaño, como si el mover de este le ayudara a pensar mejor. Era una idea loca, pero solía tocar su cabello cuando estaba nervioso, lo cual era muy seguido. 

― No es para tanto ― se susurró. 

Intentaba convencerse una y otra vez de eso, repitiéndose que la simple idea de que al de cabello café le gustara era muy loca.  

Llegó con paso pesado a su casa, y saludó a sus padres con una media sonrisa. Le incitaron a comer y aunque lo negó varias veces, terminaron convenciéndolo con el postre.

― ¿Cómo te fue hoy, hijo? ― su mamá habló. 

Charlie picó sin ganas la comida y observó a sus padres intercaladamente. Su papá estaba comiendo contento, llenando su estómago con la rica comida que su madre había hecho, mientras que la ya mencionada leía una revista de modas. Amaba a sus padres, si. 

― Bien, creo ― ladeó su boca, estando en desacuerdo. Dejó el cubierto de un lado ―. Conocí a un chico hoy. 

Iniciaba la guerra de preguntas. 

Su papá dejó a un lado el manjar que estaba devorando y sonrió triunfante a su hijo. La madre no pudo evitar sonreír orgullosa. Los padres de Slime sabían su orientación desde hacía mucho tiempo, al principio la idea se les hizo algo confusa, pero al final de cuentas lograron aceptarlo. 

Siempre que Slime había intentado presentarles un chico a sus padres, los maniacos señores terminaban por ayuentar a los pobres. A veces el castaño intentaba arreglar las cosas pero simplemente se alejaban de él por completo. 

― No se emocionen ― las manos del chico se movieron de arriba abajo ―. Tiene novio. 

Las caras de sus padres se aguaron, pero la mente del chico explotó. Ni si quiera le gustaba Mariana y no había aclarado eso con sus padres, ¿Eso era una mala señal? 

― Y-y no me gusta.  

Ya no había sonado tan seguro como le hubiera gustado; ni si quiera había hablado bien con el tipo y ya estaba dando un problema más en su cabeza. 

A pesar de que siempre se había fijado en el chico nunca lo había visto de esa manera, es más, hubo un tiempo en el que lo odió, pero todo se estaba volviendo tan confuso. 

Eso no le agradaba. Así como no le agradaba que Foolish fuera novio del lindo Mariana. Y sí. Sabía que era lindo. 

Boyfriend [FLIPORIANA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora