Boyfriend [FLIPORIANA]

12

Aunque no hablaban, las cosas habían regresado a su estado inicial o al menos eso pensaba Mariana cuando se presentó dos días después a la escuela. 

Slime se encontraba desayunando. Tantas eran las veces en las que ya se levantaba muy tarde, y había optado por mejor comprar su desayuno ahí. Realmente le daba igual, al final del día era comida. La comida era buena. 

― Hola Slime ― sonó la voz de Mariana por delante de él. 

Charlie alzó la vista y sonrió sin mostrar los dientes al de cabellos cafés, para después prestarle atención. Movía su boca masticando esperando a que Mariana hablara para poder seguir en su desayuno. 

― ¿Me puedo sentar? 

 Slime vio el asiento vacío que ya se encontraba en su mesa, y buscó a su al rededor otra silla para después tomarla entre sus manos y ponerla justo al lado de él. Sabía que habían dos sillas vacías en aquella mesa, pero una de esas era para Vegetta. 

― Claro que sí, aquí por favor ― señaló la silla de a su lado. 

Mariana miró extrañado la tercer silla pero dejándolo de lado, y creyendo que era un buen gesto de parte de Charlie, sonrió enternecido y con un sonrojo leve al lado de el menor. Ambos se sentían bien de nuevo, a Slime le agradaba mucho que poco a poco su círculo de amigos dentro de la escuela creciera y además el hecho de tener a Mariana a lado le hacía sentir mariposas de nuevo.

Pero es que Mariana siempre le hacía sentir mariposas. 

Mariana se sentía feliz. Su reciente ruptura había resultado dolerle muchísimo menos que el hecho de haberse alejado temporáneamente de Charlie. Ambos amaban la cercanía del uno al otro, en realidad lo hacían. Aunque no podía negar que el menor de cabellos castaños le hacía sentirse confundido la mayoría del tiempo. 

Cuando Mariana iba a comenzar a hablar, la presencia de alguien que había sido ajeno a su mesa en algún pasado, se sentó en la silla restante mientras dejaba la bandeja de comida. 

― Slime, no sé qué demonios hacer con ese tipo ― dijo Vegetta al aire sin darse aún cuenta de la presencia de Mariana. Al recargar su cabeza en la mesa y hacer un puchero, dirigió la vista hacia delante y se encontró con la furtiva mirada de Mariana ―. Oh, lo siento.

Poniéndose recto en su lugar, Vegetta le dedicó una sonrisa sincera ―algo increíble― a Mariana mientras le agitaba la mano. Por su lado, Mariana permanecía serio al lado de Slime mientras movía la mano con impaciencia y rabia. Algo muy raro viniendo de él, puesto que es Mariana el rayito de sol feliz. 

― Hola, no hemos tenido el gusto de presentarnos ― el incómodo Vegetta habló 

Slime por alguna razón, miraba gracioso a ambos y se negaba a cooperar. Reía por lo bajo al ver a Mariana viendo a Vegetta con ojos raros, y el mayor simplemente comenzaba a sudar. Creía que era algún tipo de broma de parte de Mariana, pero no era así en realidad. 

― Qué tal ― respondió un Mariana seco. 

Slime arrugó su nariz y se mordió el labio aguantando una carcajada. Vegetta le pidió ayuda con la mirada y tuvo que resignarse. 

― Vamos Mari, no seas amargo ― dijo dándole un pequeño empujón ―. Vegetta es buen chico, muy alegre como tú. 

Vegetta asentía con la cabeza con los ojos cerrados. 

― ¿En serio? ― cuestionó Mariana con un tono sarcástico que logró exasperar a Slime ―. Hola, Vegetta. 

― ¿Qué harás hoy por la tarde? ― Slime fue el primero en hablar. 

Mariana iba a su lado, dirigiéndose a clase con la mirada apegada al piso y sintiendo la vista de muchas personas sobre él. Vegetta iba detrás de ellos matando con la mirada a todo aquel que se atreviera a juzgar a su amigo/no tan amigo Mariana. 

Charlie suspiró cansado de la situación molestosa que la comunidad escolar que apoyaba a Foolish presentaban con Mariana. 

― No haré nada ― susurró el de cabellos cafés con una sonrisita. 

Slime sonrió feliz, y estando a punto de pedirle salir o algo, un comentario despectivo, hiriente y provocador, hizo que la su sangre se calentara a capacidades incomprensibles e imposibles en un ser humano. 

― Estás tan solo, que te vas con las sobras de alguien más, Slime. 

Lo único que se pudo distinguir fue cuando Charlie se lanzó encima del tipo y la cara de miedo de Vegetta y de Mariana.