Boyfriend [FLIPORIANA]

03

Comía tranquilo en la cafetería. Picaba sin ganas de nuevo la ensalada que se había comprado; ni si quiera le gustaba la ensalada. Comenzaba a cansarse de comer ahí pero últimamente se despertaba tan tarde. 

― Hola ― una voz alegre sonó frente suyo. 

No, alto. Nadie se sentaba con él y cuando digo nadie era nadie. Nadie, nadie, nadie. ¿Quién? Así es, nadie. Ni si quiera alguien que no tuviera mesa. Esa mesa era solitaria, sólo con él y la nada. Nada y nadie eran sus mejores amigos. 

Miró fijamente al de cabello café, en aquellos momentos si deseaba que su novio llegara y lo recogiera de ahí. Que se lo llevara, pero vamos, ni si quiera Slime era tan grosero como para hacer que se fuera. 

― ¿Qué haces ahí sentado, Mariana? 

El otro solo alzó sus hombros restándole importancia y sonrió coqueto. Increíblemente la sonrisa del mayor logró hacer que Slime esbozara una también. 

Slime sonreía seguido si es que la situación lo ameritaba. Bien podría estar con su cara larga hasta que te aburrieras de verlo o hasta que él se cansara de ser un total amargado. Él era así y no cambiaba por nadie, y cualquiera dudaría en que lo haría. 

― ¿Y tú novio? ― volvió a preguntar Slime. Dejó de lado aquella ensalada asquerosa y cruzó los brazos en la mesa, esperando la respuesta de Mariana. 

La pregunta solo hizo que Mariana se recargara en sus brazos. Torció la boca e hizo una mueca de desigusto. 

― No lo sé ― respondió sincero ―, quizá con sus amigos.  

¿Era tan malo Foolish como para dejar tirado al de sonrisa cuadrada? Slime no lograba comprender esa parte, Mariana llegaba a agradarle lo suficiente como para no salir de ahí, ¿En realidad Foolish lo estaba usando? 

― Él es estúpido ― dijo Slime al aire, sin importarle en lo absoluto nada ―, no sé qué demonios pensabas cuando le dijiste que sí. 

― No pensé nada ― alzó los hombros ―, sólo le dije que sí. Por favor, es Foolish, ¿Quién le hubiera dicho que no? 

 Slime lo hubiera hecho. Mariana no sabía que demonios decía, solamente quería evadir aquel tema porque comenzaba a darse cuenta que había sido un error decirle que sí al mayor. Las cosas que le habían dicho de su novio empezaban a salir a la luz, y quizá la idea de que Foolish solo lo usara para salir con Vegetta otra vez, le estaba entrando a la cabeza. 

En cuanto a Slime, sólo comenzaba a enojarse más con Foolish por estar utilizando al chico de piel canela. 

― ¿Por qué no te cae bien Foolish? 

Después de un largo silencio, aquella pregunta retumbó en los oídos de Charlie. La pregunta se formuló varias veces más en su mente, intentando encontrar una respuesta coherente y suficiente creíble. 

Algo incómodo, se removió en el asiento. Se sentía realmente interrogado y recriminado, aunque sabía que esa no era la intención del mayor. 

― Él es tan... Tan lo que sea ― bufó ―. Sólo no me agrada, no... ¿Por qué te interesa? 

Ambos se miraron por unos minutos, como intentando descubrir los secretos del otro. Mágicamente a Mariana le había caído demasiado bien el chico, nunca había tratado con gente así pero era muy lindo, así que decidió seguirle hablando. Después de todo, era el único que no se le acercaba por que era el famoso novio de Foolish.  

― Eso no es importante. ¿Por qué nadie te cae bien? ― volvió a cuestionar Mariana. 

 Las preguntas del mayor comenzaban a marear la rara mente de Slime. ¿Por qué le interesaban esas cosas? ¿No podía solo quedarse callado? Charlie nunca había lidiado con la gente que no paraba de hablar y preguntar, apenas y soportaba a sus padres con aquellas abrumadoras preguntas, pero a alguien externo jamás. Irónicamente Mariana amaba preguntar y preguntar. 

No era que "nadie le cayera bien", solamente la gente con la que convivía en aquella escuela solo era tan... Diferente. No había alguien que se acercara a él con razones ciertamente puras. 

Hasta que llegó Mariana. 

― No es así, sólo quizá yo no le caigo bien a los demás ― respondió. Su cara se aguó ―. No sé por qué hablo de esto contigo, apenas te conozco. 

― A mí me caes bien ― la sonrisa del mayor logró reconfortarle y esbozar también una sonrisa. 

Eso era raro. 

― Dime, Mariana, ¿En serio quieres a Foolish? 

Mariana pareció perderse en la nada, pensando en aquella pregunta. Rebuscaba por toda su anatomía una respuesta correcta ante aquella cuestión. ¿En realidad quería a Foolish? Recordaba cuando Foolish le gustaba, hablaba con mucha gente de lo mucho que quería estar con él porque siempre veía como trataba a Vegetta. Ellos, Vegetta y Foolish, parecían ser la pareja perfecta. 

 Pero cuando Mariana logró lo que tanto quería, la seriedad y la actitud fría del pálido le hizo sentirse realmente equivocado. Aunque eso no lo había descubierto hasta aquel instante. 

― Yo... 

Aquellas palabras quedaron en el aire, cuando un Foolish enojado lanzando fuego por los ojos, levantó del brazo a Mariana y lo atrajo hacía su torso, donde lo apegó a él. 

 ― Claro que lo hace, idiota ― respondió Foolish. Slime seguía con su cara seria, no había alguna mueca presente pero sus ojos mostraban algo. 

Celos.

La sangre de Charlie comenzaba a hervir en sus venas, algo se removía constante en su estómago y quería arrancarle la cabeza de un tirón al mayor. Pero él no sabía qué era. 

― ¿En serio? ― cuestionó. Quería hacerlo, necesitaba hablar ―. Entonces, ¿Por qué se demoró tanto en responder? 

 La mirada del callado Mariana solamente le hizo reír. El de en medio creía que los problemas no eran necesarios. 

Mientras que Mariana pensaba eso, la mirada de todos los presentes se volvía hacia ellos. Foolish comenzaba a sentirse nervioso ante el pequeño Slime, pero no daría su brazo a torcer.

Aunque tampoco planeaba responder algo, puesto que era cierto. Quizá Mariana no lo quería. 

― ¿Ves? ― volvió a hablar Slime. Su mirada era sería más sin embargo una sonrisa satisfactoria adornaba su rostro.  

Levantó la mochila del asiento y salió por las puertas de la cafetería. Dejó atrás a un Foolish furioso y a un Mariana confundido. 

Mariana comenzaba a confundirse con ambos chicos. ¿Slime estaba en lo cierto?