Capítulo 15

342 19 0
                                    

Marena

"Qué bien por él..."

Aurora y yo vinimos a por un café cerca de la casa, me comentó que siempre que puede pasa por uno y aunque no soy amante de dicha bebida, decido acompañarla igualmente. Me gusta pasar tiempo de calidad con ella, siempre tenemos conversaciones de sobra, además de que me cuenta chismes que le llegan de los jugadores y lo único que hacemos es discutir sí creemos que son reales o no.

Recuerdo que de pequeños, Pablo se nos unía y nos hacíamos inventos de que estábamos en un programa de farándula, él era la estrella invitada y nos encargabamos Aurora y yo de darle una entrevista que se enfocara en su vida privada, para poder sacarle chismes que él inventaba.

- ¿Un cappuccino entonces?

Asiento.

- El más sencillo que tengan, no soy amante, pero sí me gustaría un pastel de chocolate.

Le digo a la chica que nos está tomando la orden, debemos pedir y pagar por una fila, para luego colocarnos en otra donde nos dan los pedidos y ya después sí nos sentamos en las sillas. No hay muchas personas así que no nos preocupamos por los puestos.

Hoy tengo día libre en el trabajo y por eso decidimos darnos un mimo de viernes, Aurora tampoco va a sus actividades laborales así que nos dedicamos la mañana para la otra.

- Para mí, también una rebanada de pastel, pero de vainilla y un latte. — le sonríe a la chica, pagando la cuenta de ambas. Nos pasamos a la siguiente fila, donde nos darán el pedido.

- ¿Cómo estás con Eric? — hablamos para que la espera se haga corta, igual hay pocas personas delante nuestra.

Quisiera contarle que hemos hablado de dar el siguiente paso, pero no sé sí el lugar sea el correcto. Aunque las mujeres tenemos una facilidad para gritar con amigos sobre nuestras intimidades en cualquier lugar, sin importar quién pueda o no escuchar.

- Genial, cada día que pasamos es agradable y nos entendemos muy bien.

- Eso es importante, Mar.

- Le tengo confianza. — recalco. — Pero, hay cosas que no sé sí estoy preparada para hacer con él. Todavía.

- ¿Hablas de... sexo? ¿A eso te refieres con "hacer con él"?

- Sí, a sexo. — miro hacia los lados. Tal vez me haya sonrojado, no es que sea mi primera vez con alguien pero, hace bastante que no tengo relaciones sexuales.

- Hazlo cuando estés segura, Mar. — me aconseja.

- Así será, sé que va a ser un momento especial entre los dos.

- Estás enamoradita.

- Algo así. — me sonrojo.

- ¿Sabes quién también está enamorado?

- ¿Quién? — frunzo el ceño, confundida.

- Adivina.

- ¿En serio me harás adivinar? — cruzo mis brazos.

- ¡Sí!

Mueve su cabeza en señal de afirmación.

- ¿Es del grupo?

Tomo mi pedido, café y pastel. Ella también agarra el suyo, le agradecemos a la chica y caminamos hacia una mesa, para finalmente sentarnos a conversar. La duda sigue en mí, ¿quién del grupo estará enamorado?

- Sip.

- Ansu.

Digo y ella niega.

- No.

- Mmm, no lo sé.

- Es moreno, muy amigo de mi hermano, un poco más alto...

¿Moreno, muy amigo de Pablo, más alto...? Sé que soy algo distraída, pero hoy me he superado.

- Ay, no sé.

- ¡¡¡¡Pedri!!!!

El nombre del canario en una conversación de éste tipo me sorprende y hasta me desagrada. O sea, sé que no es mi persona favorita, pero no precisamente por ello es que imaginarlo en pareja me causa negatividad, sino el pensar que está con alguien más. ¿Qué me pasa?

- ¿Qué? ¿De quién o qué? — inspecciono el café en la mesa.

- Una chica que le presentó Fernando, es compañero suya en el restaurante y ya llevan algunos días.

Vaya, Fernando. Me caías bien.

Me sigues cayendo bien. Tú hermano no me importa.

Tengo en mi interior dos voces peleándose. Como sí el lado bueno quisiera decirme la verdad del porqué me enoja saber la noticia y el malo quisiera esconderlo, mandarlo a lo profundo de mi ser. Niego y finjo estar bien con ello.

- Qué bien por él ¿no?

- Excelente, aunque a ti no te parezca  es monisímo y tenía tiempo soltero.

- Me alegro.

- Nos alegramos, querida. — me mira, escondiendo una sonrisa en su rostro al tomar de su café. No sé qué pasará por su cabeza, ni por la mía ahora. Dentro mío tengo un desorden de pensamientos y emociones, aunque mis padres me digan que tengo que vivirlas una a una y no todas de a golpe, no quiero enfrentar la duda que recorre por mi mente en éstos días.

Yo también doy un sorbo a mi café, me sabe dulce y saber que Pedri está con alguien es como un trago amargo. No sé el porqué, no estoy cómoda después de la noticia. Entiendo que siempre me pareció atractivo, pero nada más. No tiene razón alguna mi corazón para sentirse como ahora, para estar gritando como loco por alguien que ni lo topa, cuando se supone tiene dueño y es mi novio, no el canario.

- Pero, ¿quién te dijo que está enamorado?

Vuelvo al tema. Quiero saber los detalles, al menos que me sirva para cotillear.

- Mm, yo lo pienso. Como tiene novia, ya sabes.

- Puede tenerla pero no estar enamorado. — Muevo mis cejas.

- Tú estás enamorada y por eso tienes novio, ¿no? — Aurora me señala.

- Yo sí. — Me acomodo en el asiento. Estoy incómoda con ésta conversación.

- ¿Y él no? ¿Por qué?

- Porque no, o sea, n-no me importa.

Y sí me importa. Me importa más de lo que me gustaría confesar, puesto que tengo una relación con un chico maravilloso y lo que sea que estoy sintiendo por Pedri no debería arruinarla.

Decido acallar las voces en mi cabeza y disfrutar mi cita de primas con Aurora, después podré pensar en qué quiero o no quiero sentir.

bávara mía - pedri gonzález Donde viven las historias. Descúbrelo ahora