La criatura perfecta

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JM POV

Durante los días siguientes, una nueva rutina reemplazó a la anterior. Después de mi primera noche durmiendo en casa de Jungkook, fui a mi departamento con Taehyung a cuestas y le expliqué a Yoon Gi que tenía que cuidar la casa mientras Jungkook estaba fuera por negocios. Lo animé a empacar sus propias cosas y mudarse con Jackson si él lo aprobaba. El apartamento no era seguro para ninguno de los dos mientras Dawn siguiera persiguiéndome y Jungkook me aseguró que estaría a salvo en su casa.

Jungkook también me habló de Su Jin, la chica de la cafetería. Su muerte me aturdió y me entristeció de una manera inesperada. Habría estado a salvo en casa, bajo las tradiciones y la seguridad de su clan. No había creído sus leyendas, que tuvieron consecuencias horribles. Hacerme amigo suyo había sido el clavo en su ataúd y así se lo dije a Jungkook.

Se rio sarcásticamente y admitió que yo parecía atraer problemas, pero que éste era culpa suya y nadie más podía asumir la culpa. Sonreí sin convicción y fingí estar de acuerdo, pero una parte de mí sabía que yo era el responsable.

Lo que no me dijo fue por qué su actitud había cambiado repentinamente con respecto a Dawn. Todavía estaba concentrado y decidido a encontrarlo, pero la dinámica había cambiado. Mencionó a Siwon y los tratados, que supuse que tenían que ver con el clan Goguryeo, pero no estaba claro. La tensión pasó de Dawn y su aquelarre a una ansiedad más amplia que incluía a los misteriosos residentes de Mokpo.

Con el nivel de estrés que todos estábamos experimentando, me sorprendió lo rápido que Jungkook se adaptó a mi presencia en su casa. Se abrieron habitaciones y puertas que anteriormente estaban fuera de los límites y me invitaron ansiosamente a entrar. Descubrí que tenía una oficina-cuarto seguro completo fuera de su habitación, equipada con monitores de seguridad y computadoras, e incluso me mostró la escalera al ático, donde pasaba gran parte de su tiempo. Jungkook respetó mi privacidad y nunca entró en mi habitación ni me pidió que trabajara más allá de mi horario habitual, aunque la descripción de mi trabajo había cambiado un poco desde que me mudé. Reanudé mi trabajo habitual, pero Jungkook me acompañaba fuera de la casa si tenía algo que hacer y ambos dedicamos todo nuestro tiempo extra a investigar posibles pistas sobre Dawn y sus recién nacidos.

Pasé la mañana revisando informes recientes de allanamiento de morada de los registros policiales que Hoseok había pirateado. Los muchachos estaban convencidos de que Dawn debía tener un patrón para las casas que estaba invadiendo, y todos estábamos tratando desesperadamente de conectar los puntos. Independientemente de la participación de la legendaria manada de lobos, nadie quería más muertes en la ciudad. Las visiones de Taehyung aún eran vagas y claramente manipuladas por alguien más, aunque aún no podíamos determinar cómo sabían tanto sobre cómo funcionaba su don. Sin embargo, desafortunadamente, esto significaba que Jungkook ya no podía confiar en su apoyo y tuvo que volver a sus formas básicas de investigación.

En este día soleado, me habían dado una pila de documentos para resaltar, y al terminar, subí corriendo las escaleras lo más rápido que pude para encontrar a Jungkook en el ático. Respirando pesadamente llegué al último escalón y me detuve en la entrada de la habitación. Jungkook tenía filas de papeles alineados en el piso organizados de alguna manera que no podía descifrar. Estaba de pie, alto y delgado, sobre las líneas de papeles profundamente concentrado. Él sabía que yo estaba allí. Había llegado a descubrir lo realmente asombrosos que eran sus sentidos. Podía oír sonidos a calles de distancia. O el roce de mis sábanas mientras dormía. Fácilmente podía ver la letra pequeña en los papeles debajo de él desde seis pies de distancia. Y podía oír los latidos de mi corazón atronador a casi cualquier distancia.

Jungkook me dijo estas cosas al azar, como si necesitara sacarlas de su pecho, y lamí cada gota y detalle como un hombre muriendo de sed. Se estaba convirtiendo en mi sustento, el agua y el aire que respiraba.