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JK POV

Siwon y yo entramos por la puerta trasera, entrando a la casa por la cocina. Escuché la risa de los chicos arriba, mientras nos tomamos unos minutos para hablar con Hoseok y Namjoon sobre la reunión. Cuando les informé del ridículo plan de Chanyeol para poner en peligro la vida de Jimin, inmediatamente escuché las ruedas girando en la cabeza de Hoseok.

"No." Le dije con una mirada dura, no dispuesto a tocar más este tema.

Es un plan sólido. Al menos considéralo como una opción. No tenemos nada más...

"Absolutamente no," dije de nuevo. La ira de antes estaba regresando. Este era mi peor miedo: que las personas en mi vida no apreciaran lo frágil que era Jimin. Mientras Hoseok y yo nos mirábamos el uno al otro, reprimí mi rabia e hice que mi oído encontrara los latidos de su corazón, concentrándome en el ritmo que me calmaba. Con una mirada en la dirección de Namjoon, salí de la habitación. Pero fue demasiado tarde. La mente entrenada militarmente de Hoseok estaba trabajando, formulando planes sobre cómo usar a Jimin como cebo para atraer a Dawn.

Subí las escaleras, de cuatro en cuatro, y me detuve frente a la habitación de Taehyung. En su mente vislumbré a Jimin, envuelto en azul, y mi estómago se apretó con anhelo. Taehyung me sintió afuera de la puerta y rápidamente limpió su mente. Levanté la mano para tocar y el abrió la puerta antes de que hiciera contacto. "Deja de mirar, tramposo", siseó.

"Terminaste. Déjalo que salga". Dije simplemente, porque necesitaba ver a Jimin. Estaba tenso y cerca de un colapso mental, y lo necesitaba.

"Le haré saber que estás aquí. Y él puede salir cuando esté listo", respondió con amargura. Puse los ojos en blanco y le hice señas para que se fuera. Necesitaba a Jimin.

Me recosté contra la pared preparado para esperar, pero afortunadamente Jimin pareció extrañarme también y rápidamente salio al pasillo. La ira disminuyó al ver su cabello desordenado, ligeramente despeinado por cambiarse de ropa. Entonces vi la luz en sus ojos y me calmé aún más.

"¿Qué ocurre?" preguntó, y lo atraje hacia mí. Deslicé mi dedo por el dobladillo de su camisa, buscando un punto de pulso en la parte baja de su espalda. Rozando su piel con mis dedos, encontré uno y sentí una ola de calma invadirme. Jimin no tenía idea del efecto que tenía en mí.

"Te extrañé", admití, aunque era una verdad a medias.

Se puso de puntillas y me dio un beso en la barbilla. Miró por encima del hombro, hacia la habitación de Taehyung y susurró: "¿Por qué no me dijiste lo loco que está?"

No pude reprimir la sonrisa que se extendió por mi rostro. "Te lo dije. En el auto."

"No me dijiste que eso iba a pasar " , dijo con los dientes apretados. "Fue como un tornado allí".

"Sabes que él puede oírte, ¿verdad?" Me reí.

El rostro de Jimin se puso rojo al darse cuenta de que no había secretos en la casa de un vampiro, todo lo que podía hacer para evitar su vergüenza era esconderlo en la habitación de al lado. Pero, lamentablemente, eso no serviría de mucho ya que incluso si hacia eso, nos encontrarían de todos modos.

Suspiré ante la idea de estar a solas con él, deseando estar de vuelta en casa, solos . Pero mis deseos se vieron empañados por el recuerdo de nuestra situación de la otra noche. El placer, al menos el sexual, había demostrado ser peligroso. Había estado tan cerca de perder el control, estaba luchando con el equilibrio entre mi lujuria y mi sed de sangre. Lo miré ahora, sonrojado y hermoso, el conflicto siempre presente.

"¿Quieres que te muestre el resto de la casa?" Pregunté, tratando de cambiar de tema y calmar el flujo de sangre de Jimin, y sofocar el veneno que se acumulaba en mi boca.

Él sonrió aliviado y asintió, "Por favor. Realmente lo que he visto es hermoso, ¿cuánto tiempo han vivido aquí?"

Caminé por el pasillo, señalando las diferentes habitaciones, la de Namjoon y Jin, la de Siwon y Na Sun, los estudios y las oficinas. "Esta vez han estado aquí casi siete años". Observé esto con pesar. Su tiempo aquí definitivamente estaba llegando a su fin. Siwon incluso me había mencionado esto brevemente en el bosque, enumerando los lugares a los que habían considerado mudarse. Era parte de su vida. Mi vida. Pero, de repente, la idea del desplazamiento me desconcertó.

Jimin se detuvo para estudiar una pintura en la pared. Era china, de los días de Siwon en el extranjero. Los colores se habían desvanecido con el tiempo, pero la intención aún era visible. "¿Esta vez?" el preguntó.

"Vivíamos aquí antes, estaba en mis diarios no lo recuerdas".

Su ceño se arrugó, "Oh, no hice la conexión. ¿Así que también vivías aquí?"

"Antes", respondí, dándome cuenta de que estábamos cerca del problema de porque yo no vivía con ellos ahora.

"¿Qué habitación era la tuya?"

"Arriba. En el tercer piso, en el ático. Está vacío ahora. No lo usan, en caso de que quiera volver", confesé. Nadie dice esto en voz alta, pero sé sus intenciones.

"Te quieren mucho. Puedo decirlo", dijo, como si necesitara confirmarlo.

Estábamos en lo alto de las escaleras, en el amplio rellano donde una enorme lámpara de araña colgaba del alto techo. "Lo hacen. Y los amo. Pero no puedo vivir aquí".

Jimin deslizó sus brazos alrededor de mi cintura y enterró su rostro en mi pecho. "Me alegro de que no vivas aquí. Te quieren, pero no encajas aquí. Ya no".

Apoyé mi barbilla en su cabeza, "¿En serio? ¿Por qué piensas eso?" Definitivamente estaba intrigado. Pasé los últimos veinte años tratando de convencer a estas personas ya mí mismo de esa misma idea.

Jimin se apartó un poco para poder ver mi rostro. "Creciste, Jungkook. Y te fuiste de casa. Sé que no es convencional en tu familia, pero es lo que hace la gente 'normal'. Solo que te tomó más tiempo que a la mayoría. Como sesenta años más". Él sonrió ante su propia broma. "Si no hubieras tomado esos pasos, tú y yo nunca nos hubiéramos conocido. No eres la misma persona que eras antes de irte de casa, pero eso no lo convierte en algo malo".

Miré a este chico cuyas manos estaban agarrando mis caderas y que me miraba con tanta preocupación. No tenía idea de cuánto tiempo estaría Park Jimin en mi vida, pero sabía que necesitaba aprovechar al máximo mi tiempo con él.

"Jimin, realmente me gustaría mostrarte algo". Lo arrastré escaleras abajo conmigo y lo llevé a través de la habitación donde Hoseok y Namjoon todavía estaban involucrados en su eterna partida de ajedrez: con ocho tableros de lado a lado, todos los juegos se jugaban simultáneamente.

Observé a Namjoon alzar la ceje en comprensión a nuestro destino. Lo ignoré y continué caminado con Jimin pisándome los talones hasta que llegué a la sala de música donde estaba el piano. De pie cerca de él por un momento, sentí que Jimin acariciaba mi brazo, dándome la fuerza para sacar el banco y sentarme antes de que perdiera los nervios. Me deslicé y palmeé el banco, ofreciéndole a Jimin el asiento a mi lado.

Cuando se deslizó sobre la madera pulida, me inundó el alivio. Porque Jeon Jungkook podía luchar contra los vampiros, ayudar a las almas perdidas y proteger a las damiselas en apuros, pero no podía luchar solo contra sus demonios internos. Jimin me proporcionaba la llave de mi alma y una conciencia de mi humanidad. Y mi conexión con la música siempre había sido lo más cercano que tenía a la humanidad.

Girando suavemente la tapa de madera oscura, flexioné los dedos sobre las teclas y me di cuenta de que la casa se había quedado en completo silencio. Antes había estado tranquilo; Jimin probablemente no tenía idea de dónde estaban todos. Pero yo lo sabía. Todos sabíamos dónde estaban los demás en todo momento. Pero ahora estaban quietos.

Jimin debió haber notado mi vacilación porque su mano bajó por mi pierna y descansó en mi rodilla. Él sonrió. "Muéstrame", dijo en voz baja muy baja.

Asentí, enfocándome en los latidos de su corazón, en el ritmo de su respiración y todo lo demás que hizo que este chico me trajera a la vida.

Nos leemos el lunes... Cuídense mucho... Besitos...

La criatura perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora