capítulo 2

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El dolor en mi pecho era abrumador, como si un peso enorme se hubiera instalado en él y se negara a ceder. Cada paso que daba era una lucha, y las lágrimas amenazaban con desbordarse en cualquier momento. Decidí no ir a clases, no podía soportar la idea de enfrentarme a la normalidad cuando mi mundo se desmoronaba a mi alrededor y lo peor es el echo de no poder hacer nada.

Me moría de ganas de tener algo con el, verme en un futuro con el, tener un noviazgo como de película, tal vez casarnos y tener tres bebés que se parecieran a el, si sueño mucho ,pero desde donde estaba creía ..... Solo... Pensé que era posible con un poco de tiempo, pero lo único de película,era mi dolor.

Ahora me estaba muriendo por verlo a lado de otra , lo peor que ni siquiera sabe que siento todo esto, ¿donde está mi final feliz? ¿Acaso es que nunca conoceré el amor? O ¿que nunca será correspondido?

Es tan difícil aceptar que nada va a pasar y que todo quedará en un simple sueño loco, uno el cual tendré que tragarme junto con mi dolor y coser mis heridas en las noches. Para luego ir a su lado y tener una sonrisa falsa , decirle que estoy feliz por el..

cuando lo único que siento es un ardor en mi pecho. Pero me dirían egoísta por no sentirme feliz por el, claro como no saben lo que duele ,hablan y hablan, no puedo estar feliz , me da un poco de consuelo el echo de saber que al menos es buena chica, pero carajo odio mi estúpido corazón.

Pasé las horas caminando sin rumbo fijo, dejando que mis pensamientos me consumieran por completo. Cada callejón, cada esquina, me recordaba a Alek y a los momentos felices que habíamos compartido juntos. Pero ahora esos recuerdos se habían vuelto amargos, como espinas clavadas en mi corazón roto.

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, pero yo seguía caminando, incapaz de encontrar consuelo en ninguna parte. El dolor en mi pecho se intensificaba con cada paso que daba.

como si el simple acto de respirar fuera una tarea monumental. Me detuve en un parque solitario, dejando que la brisa suave acariciara mi rostro y tratando de encontrar algo de calma en medio del caos emocional que me consumía.

Cerré los ojos y dejé que las lágrimas finalmente brotaran, sin preocuparme por quién pudiera verme en ese estado de vulnerabilidad. Cada lágrima que caía era un recordatorio doloroso de todo lo que había perdido, de todas las ilusiones que se habían desvanecido en un instante.

El tiempo parecía detenerse mientras me sumergía en mi dolor, sin encontrar consuelo en ninguna parte. Pero a pesar de todo, una pequeña voz en mi interior seguía susurrando que algún día encontraría la fuerza para seguir adelante, que este dolor no duraría para siempre y que tal vez... En un tiempo no tan lejano logré super el amor por Alek.

Con un suspiro profundo, me levanté del banco del parque y decidí regresar a casa. Sabía que el camino hacia la curación sería largo y difícil, pero también sabía que debía comenzar en algún momento. Con paso vacilante, me dirigí de vuelta a mi hogar, con la esperanza de encontrar algo de paz en medio de la tormenta que había invadido mi vida.

Llegué a casa y lo último que quería ver estaba allí, parado en la sala con mi familia. Al verme, suspiró, y mi hermano mayor vino rápidamente a abrazarme.

-¿Qué pasa? -pregunté, desconcertada por su presencia, ya que él evitaba venir a casa debido a las personalidades complicadas de mis hermanos.

Según no le gustaba venir porque Lisandro era muy molesto, amon un gruñón,Abel un metiche y demian era un calculador,Sandra una inoportuna y mi papá un celoso.

El Palacio De Las Mariposas Y El Eden De Las Espinas.       Donde viven las historias. Descúbrelo ahora