Sus palabras se deslizaban por mi piel, acariciándome con su suave tono y su cálida presencia. Sentí cómo su mano ascendía lentamente por mi espalda, hasta alcanzar mi nuca. El contacto fue firme pero gentil, como si quisiera transmitirme su calma y deseo a través de ese simple gesto.
Sus manos, firmes pero delicadas, recorrían mi cuerpo con una precisión casi hipnótica. Cada roce de sus dedos enviaba un escalofrío por mi piel, mientras su aliento cálido jugueteaba en mi cuello. Me sentía atrapada entre la pared y su cuerpo, pero en ese momento, era exactamente donde quería estar. Sus labios exploraban cada centímetro de mi cuello con una devoción que me dejaba sin aliento.
Con un movimiento decidido, me tomó de las piernas, provocando que las enroscara alrededor de su cintura. Mis manos instintivamente se dirigieron a su nuca, acariciando su cabello mientras me perdía en la profundidad de sus ojos verdosos, que me habían estado siguiendo todo el día. En ese instante, el mundo parecía detenerse, dejándonos atrapados en un momento suspendido en el tiempo, donde solo existíamos él y yo.
Su voz ronca resonó en el aire mientras me miraba con admiración.
—Eres tan jodidamente hermosa —dijo, con sinceridad en sus palabras.
Una risita nerviosa escapó de mis labios.
—Y tú tan... caliente —respondí tímidamente, moviéndome para quedar más cerca de él. Fue entonces cuando sentí algo duro presionando contra mi.
Susurros de deseo escapando de sus labios mientras volvía a besarme el cuello con pasión.
—eso es nuevo— murmuró en un susurro, sus labios buscaban con desesperación mi piel
—¿El qué?— pregunte entre jadeos, dejándome llevar por sus caricias.
—Tantos tipos de halagos y eliges ese— respondió ,antes de besar mis labios con intensidad,su lengua explorando mi boca con deseo y habilidad
Me movía en círculos, explorando su intimidad con mis manos, sintiendo su humedad crecer con cada roce.
Jadeos y gruñidos llenaban el pasillo, había una tensión palpable entro los dos.
—Mierda— susurró, bajandome suavemente y tomándome del cabello con fuerza, pero sin lastimarme — Tú provocaste esto, y tú te harás cargo— dijo ,antes de besarme con brusquedad,su boca reclamo la mía con nesecidad
Nunca había hecho esto, era una virgen, pero estaba tan caliente que no me importaba parecer novata. Solo quería hacerlo perder la cabeza, así que sin más me arrodillé y le quité lo único que llevaba puesto... la toalla blanca, Dejándolo completamente desnudo, estaba a mi Merced.
Lo tomé entre mis manos con ansias, sintiendo su calor y firmeza. Con movimientos expertos, deslicé mi lengua por toda su longitud, saboreando cada centímetro de él. Un gemido gutural escapó de sus labios, y su mano se aferró a mi cabello con fuerza, instándome a continuar. La textura exquisita de su piel me hizo desear más, y lo lami con más intensidad, disfrutando de cada reacción que provocaba en él.
Lo acariciaba con mis labios, sintiendo su firmeza y su calor, mientras lo saboreaba con avidez. Cada roce, cada succión, lo llevaba más cerca del borde del placer. Él gemía, sus manos apretaban mi cabello con ansiedad, guiando mis movimientos con urgencia.
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El Palacio De Las Mariposas Y El Eden De Las Espinas.
De TodoEl palacio de las mariposas y el Eden de las espinas. Sinopsis: En el vibrante corazón de la ciudad, donde los destellos de luces danzan como estrellas en la noche, se entreteje una historia de amor, amistad y desilusión. Adana, una joven soñadora c...