XV. Las pulgas de la arena

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El trío que recién comenzaba a tolerarse mutuamente se abrió paso entre la multitud con dificultad, llegando hasta la primera fila para presenciar la acalorada discusión entre dos chicas a nada de proceder al agravio físico. Ahí, vieron a Charlie Magne enteramente a la defensiva, en sus ojos resaltaba el carmín como cuando hizo aparecer aquel portal que los transportó al anillo, solo que en esta ocasión estaban avivados debido a la molestia que expresaban. Debajo de ella, sobresalían unas ramas espinosas, torcidas y oscuras, emergiendo de las separaciones de la losa, e incrementando su altura conforme subía la tensión. Por su parte, la contrincante de pelo blanco, tez verdusca y una mirada amenazante cual serpiente, correspondía a dicho lenguaje corporal elevando medianas burbujas de una sustancia más brillante y viscosa que también emanaba del suelo, corroyendo lo que sea que alcanzase a tocar.

-¡¿Pero qué carajos?! ¿qué le sucede a Charlie? - exclamó Vaggie estupefacta al ver a su novia en tal grado de alteración.

-Se puso así cuando la otra señorita empezó a insultar al hotel- le contestó una emocionada Niffty que estaba justo a lado atenta al espectáculo pese a la gran cantidad de ropa y adornos bordados que llevaba encima-. Tristemente creo que perderá, la morena es excelente ofendiendo-, comentó retomando su labor de fotografía.

-¡Woow! Y yo creyéndola una mansita-dijo Cherri sonriéndole divertida a Angel.

-¿Esperas que los pecadores se rediman? Qué absurdo y denigrante viniendo de ti.

-Di lo que quieras, yo estoy haciendo algo en beneficio de mi gente en lugar de derrochar el dinero en frivolidades.

-¿Tu gente? ¡¿consideras a esa basura humana como tu gente?!, ¡hahahaha! Realmente tienes algo defectuoso en esa cabeza tuya Charlotte, aunque no me extraña, después de todo, ni siquiera eres una verdadera demonio.

-¡Túúú!

El semblante de Charlie se llenó de ira, y los espinos comenzaron a surgir a prisa con intenciones de silenciar a la agresora. Afortunadamente, sus compañeros intervinieron a tiempo.

-Charlie, ¿Algún problema cariño?

La rubia percibió a Vaggie acercándose, por lo que hizo desaparecer su lúgubre ramal inhalando y exhalando lo más serenamente posible. Angel y Cherri la siguieron movidos por la curiosidad.

-¡Largo! No interfieran en discusiones ajenas.

-Te prohíbo que les hables así, ellos son mis huéspedes.

La expresión de Helsa cambió en un segundo, esfumando igual la manifestación semilíquida de su insolente actitud. Charlie lo atribuyó al reconocimiento de su equivocación al decir que su proyecto era un mal chiste, penosamente descubriría lo contrario al verla carcajearse.

-¡Oh, por Satán! Me quedo sin aliento, estos son... ¡Hahahaha!

-¿Qué rayos le pasa a esta chica? Parece una loca -, expresó Cherri confundida.

-¡No creí que hubiera diablillos tan estúpidos que tomaran en serio tus delirios fantásticos!

-¿¡Estúpidos?! ¿oye, exactamente cuál es tu problema? -, exclamó la temperamental usuaria de las bombas avanzando dispuesta a la confrontación, no obstante, la chica polilla alcanzó a sujetarla al identificar a la bravucona.

-¡Espera! Ella es...

-¡Calla! Una vulgar pecadora como tú no es apta para introducir apropiadamente a un ser de mi categoría. ¡Es inaudito que Belfegor les haya permitido la entrada a los de su calaña! Lástima, supongo que era de esperarse la decadencia de este lugar. Bueno, mejor hablemos de la fortuna que tienen de toparse a alguien como yo y salir ilesos para contarlo. Sientan el privilegio de escuchar mi nombre de mis labios. Soy Helsa Von Eldrich, duquesa del dominio de la envidia y descendiente directa del temible Leviatán, el surcador de los mares-, vociferó solemne, pues el fango de su tierra natal era insuficiente para cubrir a la imponente figura de una de las grandes bestias primigenias de la oscuridad.

HH-La Luz que se negó a apagarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora