XXI. El último chapuzón

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 "–Tenlo presente Charls.

El ser alto de cabellos rubios platinados se movió veloz hacia ella, arrebatándole sin darse cuenta el abstracto diablillo morado de peluche que sostenía.

Un segundo más siendo presa de la conmoción, hizo levitar al muñeco ya a cierta distancia de la niña basta para perderlo todo , cerró la palma de su mano, desatando una llamarada luminosa que envolvió al juguete convirtiéndolo en cenizas delante de la dueña . Reponte rápido y estate alerta a lo que te rodea".

Charlie observaba la impactante escena en primera fila, percibiendo cada detalle en cámara lenta como si su percepción de la realidad se hubiera distorsionado de la del resto. Ante la urgencia de actuar, sus sentidos se agudizaron en automático en vez de petrificarse. De inmediato, distinguió el tranquilo y rítmico andar de un mesero que llevaba una charola metálica cerca de ella. Tomó la bandeja y la lanzó con fuerza en dirección a la cabeza de la anguila que estaba a punto de engullir a Vaggie. La trayectoria del objeto fue rápida y precisa, golpeó contundentemente al animal a escasos centímetros de consumar su objetivo. La fuerza del impacto no solo la noqueó, además originó un rebote que alcanzó a su compañera, provocando que ambas cayeran inconscientes al agua, produciendo una corriente que terminaría por arrastrar a la casi presa a la orilla.

–¡WOOW! ¡¡Qué lanzamiento!!

–¿Fue la Princesa no es cierto?

El público cambió el foco de sus comentarios en un instante. Para ellos, la destreza de la rubia era solo un antiguo rumor que había sido eclipsado por sus polémicas más recientes. En el caso de Alastor, en lugar de estar sorprendido, esbozó una irónica sonrisa al considerar esa inesperada reacción como algo creíble viniendo de la aspirante a redentora.

A la par, en otra zona de la playa, la campeona de la competencia de nado se detuvo abruptamente al escuchar el nombre que tanto detestaba, canturreado en un tono alegre y vivaz. Incluso su séquito se esforzó por evitar mirar hacia dónde provenía la algarabía, en un esfuerzo de aminorar la ya visible alteración de su superiora.

– ¡¿Vaggie estás bien?!

Charlie corrió hasta ella. La envolvió con una toalla y la incitó a levantarse despacio.

– ¿Te lastimaron en alguna parte?

– Esas cosas... ¡¿Qué eran esas horribles cosas Charlie?! ¡¡Eran gigantes!!

La abrazó en un intento de calmarla. El cuerpo vulnerable de la pecadora temblaba entre sus brazos, recordándole la debilidad inherente de su clase en esa dimensión si no prosperaban en obtener más energía oscura comprometiendo su integridad. Por ellos, debía apresurarse en ofrecerles una alternativa de salvación.

– ¡Los culpables de que hayamos perdido! – externó Cherri enfadada mientras se aproximaba a las chicas en compañía del arácnido – ¡Nos jodieron al final a propósito!

–¡¿ES QUE NO PUEDES ESTAR SIN LLAMAR LA PUTA ATENCIÓN?!

La furiosa voz de Helsa retumbó asustando al grupo. Ésta apareció de imprevisto a escasos metros de Charlie, con el rostro deformado por la cólera y los mechones de cabello completamente erizados, desplegando su verdadera forma de amenazantes tentáculos. Al ver sus ojos cubiertos de un verde intenso y rememorar a los depredadores, la rubia tuvo una corazonada. Volteó a ver a Zuzu, quien ayudaba a recoger los flotadores, ajena a la disputa en la playa, como si lo sucedido hubiese sido algo trivial y no un verdadero atentado. Al notar la mirada indiferente que recibió a modo de respuesta, tuvo presente que la justicia era impopular en el Infierno; todavía imperaba la ley del más fuerte, y la trampa, lejos de dar una mala imagen, era otro símbolo de ingenio.

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⏰ Última actualización: Jan 30 ⏰

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HH-La Luz que se negó a apagarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora