* PRÓLOGO. *

68 7 0
                                    

¿Qué pensaría él de mí si me viese solo sentado esperando a que alguien conquiste a mi madre? A lo mejor se sentiría igual que yo, con desprecio por no poder hacer algo más que esperar su regreso.

Pero, ¿Qué me puede pedir a mí? Dos décadas es más que suficiente para exigirme que no olvide su sonrisa de cuando yo apenas era un niño y por si fuera poco, el impacto de tener a 108 hombres desconocidos en mi palacio es la cantidad necesaria para que yo empiece a olvidar los días cálidos en los meses de invierno.

No puedo esperar mucho de la vida, si no sé de qué manera debería exigirme para afrontar cada uno de los complejos que tengo en este momento y ahora solo quiero preguntarte si te llegaron todas aquellas cartas que nunca te escribí, porque lo que a mí concierne, nunca deje de dedicarte todos mis latidos.

¿Y si estuvieras aquí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora