* CAPÍTULO 4. *

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Recuerdos de un número par.

16, abril, 2000.

Era una tarde bastante helada en el palacio de Ítaca, el frío era bastante ruidoso para Telémaco, es lo más deducible para un niño que apenas si puede respirar.

El lloriqueo por toda la habitación aumenta, ¿Qué es lo que quiere el bebe para dormir? Ya comió, fue cambiado, ha dormido por más de seis horas, ¿Qué es lo que le hace falta?

La madre lo toma entre sus brazos y haciendo un breve mimo en el rostro del niño pregunta qué es lo que quiere. El pequeño hace una mueca y luego ríe, es como si eso que ella hizo le hiciera caricias en lo muy adentro.

Odiseo mira a su esposa, Penélope, con su hijo en los brazos mientras ambos ríen a la par. El rey no puede quedarse atrás, por lo que se levanta del mueble yacido al pie de la ventana y va como huracán a abrazar a su esposa e hijo.

Él solo los puede mirar y pensar en lo muy feliz que es, el amor se le sale por los poros; es aquello a lo que le podemos llamar felicidad, aquella que nos ha consumido hasta el último suspiro y nos ha hecho quedar para siempre. Aunque para siempre es un tiempo bastante corto, pues lo único que se conserva a largo plazo es el ahora, diciéndonos que permanezcamos.

Luego de varios segundos Odiseo rompe todo silencio entre el espacio y ellos.

- Al parecer nuestro pequeño necesita saber cómo aprender a volar. Este será nuestro secreto para el triunfo. - Lo toma en brazos y se desplaza por toda la habitación. - ¿Sabes? Lo primero para empezar a crecer es aprender a tolerar tus miedos, que si te caes no importa, porque es parte de la vida y todo eso está bien. - Hace un pequeño apretón con caricia en su nariz, produciendo un dulce ¡achí! del bebe.

Ambos se ven muy feliz y Odiseo sabe que una vez se vaya a Troya, todo aquello que más lo hace feliz quedará atrapado en el tiempo, siendo un instante, de esos que ni van en sentido con las manecillas del reloj, pero tampoco hacen huelga para ir atrás.

- Y para lograr eso, hay que ser fuerte, muy fuerte, porque a tu primer paso en falso, los cartones de aquel terreno débil querrán acabar contigo, pero aun así, no temas a equivocarte. Es más mi pequeño hijo, equivócate todo lo que quieras, que si necesitas descasar un poco de la vida yo me tirare al suelo a dormir a tu lado. - Se le ha escapado un par de lágrimas a Odiseo, ¿Qué sabe él que le impide seguir como sin nada?

Pues él sabe que está mintiendo, pues ir a esa guerra le quita la posibilidad de contar ovejas al lado de su hijo mientras descansa de la vida y, aun así, él se quiere convencer de que todo va a salir bien.

- Solo... espérame un poco, mi niño, tu padre necesita procesar que va a pasar unos días sin ti. - Toma asiento al lado de Penélope, quién deposita un beso en sus labios y acaricia su hombro.

- Te esperaremos, ten fe de que así será. - Ha agregado la reina de Ítaca, quien siente miedo de que sea falso lo que ambos están diciendo.

- Y finalmente, esto va para ambos, no duden de ustedes mismos y no confíen en todos, esta es la manera de ser muy valientes.

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Enero 19, 2020.

¿Qué es ese ruido en mi cabeza que me aprieta el pericardio? No sé si se quiere robar mis latidos o me quiere arrullar un par de horas.

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