La calidez de tus manos | Kokudou

¿Por qué?

— ¿Porque te comportaste así aquel día? No paro de pensarlo. Me siento raro... Estas cosas no las había sentido nunca en todos los más de 100 años que tengo de vida. — dijo mientras un notable sonrojo aparecía en su rostro. Era un color carmín terriblemente hermoso que resaltaba de lo pálido que era. — Mi corazón late tan rápido por esas cosas que dices, siento la cara caliente cuando dices eso... ¡No lo controlo! ¿Qué significa?

. . .

¿Qué acaba de pasar?

Fue lo primero que pensó al escuchar aquellas palabras que decía ese peli platinado. No podía creer que estuviera diciendo todo eso y que, en verdad, no era el único que estaba sintiendo aquellos extraños sentimientos.

— Creo que significa que te estás enamorando... Entonces ¿Estás sintiendo amor? —preguntó mientras obtenía una faceta totalmente seria, pero, en el fondo tenía una emoción que estaba controlando. Sentía cosquilleos extraños al escuchar todo lo que decía el menor, como si fueran maripositas. —

Al escuchar a su mayor oír todo eso con aquella cara no entendía nada. ¿Será que está enojado? ¿Será que no debería de haber dicho eso? "Mierda, la he cagado", eso pensaba todo el rato. En cambio, eso no era para nada lo que estaba pasando por los pensamientos de este. Se sentía de alguna manera muy satisfecho de no ser el único, y una sonrisa que transmitía ternura apareció sin que él lo notara; se cansó de fingir que no tenía esos sentimientos.

— ¿Sabes, Douma?. — añadía mientras el menor todavía no decía nada. — Me gusta estar contigo, me gusta tu forma de ser y me gusta más como me tratas. Me gusta todo de ti Douma, no sé bien si lo que siento es amor hacia ti, pero espero que sea eso porque si no, no sabría que es. — decía, revelando todo lo que sentía en esos momentos, no pensó en que pudiera responder, simplemente lo soltaba mientras acariciaba la mejilla de su amado.

"¿Amor? Me estoy... ¿Enamorando?", pensaba mientras estaba escuchando todo lo que el contrario estaba diciendo acerca del sentimiento llamado "amor". Cosa que él, desde que llegó al mundo, nunca había sentido; nunca había tenido ningún tipo de sentimiento, ya sea de afecto, tristeza, enojo, etc... Era un cuerpo vacío, pero, al empezar a sentir estas cosas nuevas, empezó a sentirse más "vivo".

"Entonces.... ¿Le gusto a Kokushibo-dono?"

....

Me quedé mirándole sin poder decir nada, pues las palabras no salían de mi boca debido a los nervios y simplemente me quedé con la mirada fija en él y con la boca tartamudeosa, pero no podía decir nada coherente.

— Lo siento, no sé cómo poder controlar este sentimiento, no había vuelto a tenerlo desde hace muchos años, hasta que tú apareciste y llenaste este extraño vacío que tenía en lo profundo de mi corazón. — seguía diciendo sin parar, su boca no quería callar, quería soltarlo todo en ese instante.

— Yo... No sé qué decir ¡Todo esto es muy nuevo para mí! Quiero decir... Me siento de la misma manera que tú, este sentimiento tan extraño... —. Por fin hablaba después de todo eso que había ocurrido tan rápido, no sabía que responder. — Yo... eh... es mejor que me vaya. — añadió y se puso muy inquieto; se levantó de donde estaba sentado y se alejó de ahí con rapidez antes de que el contrario se lo impidiera.

Definitivamente no se lo impidió y vio como este se iba, su corazón quedó destrozado.

. . .

— Y entonces... eso pasó. — Contaba a una hermosa mujer que estaba al lado suya en una habitación de decoración floral y poca luz.

— Vaya... Pero Douma, ¿Qué sietes por Kokushibo-sama? — preguntó aquella oiran de cabellos negros.

— ¿Eh? Supongo... Me gusta estar en contacto con él y se comporta bien, como nadie lo había hecho. Quiero que siga siendo así conmigo... Tuve unos pocos sentimientos antes, era como si... Mi corazón palpitara más rápido y que la sangre recorría en cada una de mis venas con mayor rapidez. Me sentí con Kokushibo-dono por primera vez "vivo" — Respondió mientras sus mejillas se coloreaban al decir aquellas cursilerías.