Celos

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—¡Akaza-dono! — dijo un peli platinado de voz molesta.

— ¿Eh? Oh, eres tú, Douma. — Lo mira sin expresión alguna.

Este abrazó al pelirosa con cariño. — Mi mejor amigo... Te extrañe.

— Vaya, supongo que yo también. — Corresponde a su abrazo.

Por alguna razón, la tercera luna superior se encontraba amable con su superior. ¿Por qué era dada aquella situación?

— Ayy... ¡Qué lindo de tu parte, Akaza-dono! —se sorprendió de lo que dijo su compañero, pues, este siempre era bastante serio y grosero con él.

— Aja, aja... como digas Douma. — Decía mientras apartaba su mirada de los ojos del contrario.

Este volvía a abrazarlo con cariño, se sentía alegre de eso. — Estás muy amable conmigo hoy, ¿Por qué? ¿Ocurrió algo bueno en tu vida?

— Mm... No, simplemente estoy de buen humor y por eso te dejo. — Da un suspiro largo y le intenta dar palmaditas en la cabeza, pues Douma, era bastante más alto que él.

— Jaja, como digas... — Al ver las acciones del más bajo, le dio ternura y se agacha un poco para que este pudiera llegar mejor. Aww... eres simplemente adorable.

— Cállate si no quieres que te dé una hostia. — Se pone de cuclillas mientras le sigue acariciando.

Fueron interrumpidos por otra deidad que resultaba que estaba presente viéndolos. De hecho, estaba ahí desde hacía rato, pero no había dicho nada hasta ese momento.

—DOUMA. — dijo aquel peli azabache con tonos granate que tanto conocemos. Sí... por si acaso, se trataba de Kokushibo, el cual llamó al nombre de su amado con cierto enojo en su voz.

— ¿Ah? — se gira y al ver que se trataba de su amado, sonrie. — ¡Kokushibo-dono!

Este se acerca hacia el albino y le abraza por detrás, más concretamente lo agarraría de la cintura para apegarlo a él, mostrándose un poco posesivo. Apoya su cabeza sobre el hombro de Douma mientras los mira. — Mmm.... ¿Quién es él? ¿Por qué te toca?

— ¿Eh? Pues... Akaza-dono, mi amigo ¡Nuestro compañero! ¿No lo recuerdas? — Preguntó extrañado mientras miraba de reojo al que tenía detrás de él. Era extraño que actuara de esa forma.

El peli rosa se quedaba mirándolos sin decir nada. Se preguntaba, por qué el mayor de ellos estaba actuando de esa forma hacia la segunda superior. Intentaba procesarlo, pero simplemente era extraño. "Yo también quiero su atención." Pensaba mientras hacia una mueca de enojo mirándolos.

— Mmm... no lo recuerdo. — Dijo mirando a otro lado. Por supuesto que sabía quien era, era obvio; estaba celoso, pero parecía que Douma no captaba aquellas indirectas.

— Ow... Bueno, supongo que habrá pasado mucho tiempo y te habrás olvidado. — Dijo con un leve suspiro, sin darse cuenta de que su pareja estaba celosa por los tratos que le estaba dando a la tercera superior.

Hablando de la tercera, estaba bastante tranquila a pesar de querer seguir recibiendo los mimos del peli platinado.

Douma volvió a dirigir la mirada al peli rosa. — ¡Aww! Que cosita, que cosita ~ — Posa sus dos manos sobre la cabellera de este y la comienza a acariciar con ternura sin importarle que su mayor los viera.

— Mmm... Supongo que mejor me voy, veo que estás ocupado. — El de varios ojos entrecerró los ojos y dejó de abrazar al de ropas rojas.

— Ayy... ¿Por qué? Quédate con nosotros, Kokushibo-dono — Reclamaba, en verdad parecía tonto al no darse cuenta de la situación.

La calidez de tus manos | Kokudou Donde viven las historias. Descúbrelo ahora