capítulo quince.

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Los brazos que rodean su cuerpo son dos cálidos pares, Elizabeth siente el reconfortante calor que le brindan ambas de sus amigas en aquel fuerte abrazo. Ambas estaban tan preocupadas que se negaban a dejarla sola, por otro lado, Jaeyeol parecía muy triste. Aunque le repitió una y mil veces que no era su culpa, él seguía luciendo tan triste que le hacia sentirse mal.

— ¿Podría acompañarnos a la estación para que de su declaración?

— Sí... por supuesto —Susurra— ¿pueden... mis amigas pueden acompañarme?

— Sin duda, claro —La oficial le sonríe con dulzura tratando de tranquilizarla

— Antes de irnos, yo... puedo- ¿puedo ver a Jinsung? —Pregunta tímidamente

— Lo mejor sería que no, para que podamos terminar con esto pronto —La policía responde, era preferible acabar con eso lo más rápido para qué la chiquilla pueda seguir adelante

Se bajonea un poco pero entiende y da un asentimiento de acuerdo, Haneul deja un beso sobre su mejilla mientras MiJin acaricia su espalda tratando de darle confort.
Lanza una mirada hacía atrás para observar a su amigo, Jinsung estaba en la ambulancia y miraba hacia donde ellas. Sonríe en cuanto la ve haciendo que ella haga un puchero y dejo escapar un par de lágrimas

Pronuncio un "gracias" solo con lo labios antes de fijar su mirada al frente y entrar a la patrulla. La policía entro justo después de ellas y finalmente el coche marchó hacia la estación.

— ¡Elizabeth! —Mira hacia la puerta de la habitación, Alexander junto Emiliano se acercan a pasos apresurados a ella y en cuanto la tienen cerca la rodean en un abrazo

— Me duele —Sisea ligeramente adolorida, iba a darles una pequeña sonrisa para calmar sus aceleradas respiraciones cuando se sorprende al verlos

Ambos tenían los ojos llorosos y la veían con preocupación.

Estás bien —Sisea el mayor de los tres con tanto alivio que sus ojos derraman un par de lágrimas

Estoy bien —Afirma ella abrazandolos— no paso a mayores. No me paso nada.

— ¿Cómo vas a estar bien? —Emiliano reclama, estaba triste pero sobretodo enojado

Emi —Sisea— por favor, estoy bien —Afirma titubeante, ambos hermanos no dicen nada más y rodean con más fuerza a la chica que muerde su labio inferior mientras deja escapar las lágrimas

Está bien Eli, está bien —Alexander calma— no te preocupes, yo me encargó.

Elizabeth no comprende qué quiere decir con eso y lo único a lo que asimila es del instructor pero a él ya se lo había llevado la policía así que simplemente calló. Más importante, su estado mental se tranquilizó al sentir el seguro ambiente que ambos de sus hermanos siempre le brindaban. Definitivamente, nada iba a ser más seguro para ella que entre sus brazos.





































































































































































Ambos hermanos casi le obligaron a permanecer en casa durante una semana, tanto para asegurarse que estaba bien como para que cuidara su estabilidad mental y física. No había salidas y entre ambos cuidaban de ella como dos sirvientes a su joven ama.

𝐋𝐀𝐓𝐈𝐍𝐀 | LookismDonde viven las historias. Descúbrelo ahora