capítulo veintinueve.

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— ¿Cree que necesite otra mandibula? ¿se pueden hacer transplantes de mandibula? ay ojalá no, mis hermanos son capaces y quedaría así bien Frankis, Frankis... coño, Frankestein, así que nel, paso, mejor uso cubre bocas...

— No parece que te duela —El enfermero dice mirándola con cansancio

— Bueno es que la pastilla que me dio hizo milagrito, —Elizabeth se persigna— paseme la receta, a veces me doy unos putazos que ni le cuento, casi me ando petateando...

— ¿No dijiste que no me contarías?

— Ay Juan Ignacio —Elizabeth se cruza de brazos— es un decir, obviamente voy a contarte todito lo que me paso

— ... —El hombre suspira— Deja de llamarme Juan Ignacio, ¿quieres? me llamo —Señala su plaquita con el nombre— Huang Ishato

— Casi es igual a Juan Ignacio, y lo que hace más "wow" la situación es que neta te pareces a mí tío de Puebla que se llama así.

El hombre suspira— Freiya-

— Eh perame perame, qué paso Juan Ignacio ¿ya nos llevamos así?

— Elizabeth —Corrige a lo que ella asiente conforme— me parece que ya estas como nueva, puedes marcharte por favor y gracias de aquí.

— ¿Ya? tan bien que la estabamos pasando... —Elizabeth pucherea— ¡volvere luego!

— Ojalá no.

— Volveré —Promete— gracias por los cuidados Juan Ignacio, te recomendaré con mis amigos —Levanta el pulgar

— Sí sí, adiós.

Elizabeth esta por salir cuando de reojo, puede ver a alguien conocido sentado en la camilla con la mirada perdida.
Arqueando una ceja, se acerca lentamente y coloca una mano en su hombro

— ¿Suk? —Llama confundida— ¿todo bien?

El mencionado, que parece entre ansioso y perdido, levanta la vista asustado por el repentino llamado. Sus ojitos claros observan a Elizabeth que lo mira de vuelta con sus llamativos ojos

— ¿Eli? ¿qué haces aquí?

— Da igual, ¿tú qué haces aquí? ¿te sientes bien? —Coloca una mano en su frente y junta la suya propia a su dorso para sentir la temperatura entre ambos— estas bien —Susurra— llamaré a Juan Ignacio-

— Eli ¿qué te paso en la mejilla?

Mientras se aparta y se pone de cuclillas frente a Hyungsuk, apoyándose en sus rodillas, Elizabeth tantea la zona marcada del golpe.

— ... Un ogro entró a la cafetería y nos dimos de golpes. —Hyungsuk arquea una ceja— ¿Qué? si en Harry Potter se metio uno al baño de chicas, ¿por qué no podrían venir a nuestra cafetería?

— ¿Duele?

— Nah que va, es como un piquete de mosquito, molesta pero lo ignoró —Resta importancia— mucho hablar de mí y poco de ti, ¿te sientes mal?

— ... Estaba un poco mareado —Sonríe nervioso— pero, creó que ya debería... deberíamos, volver a clases.

— Ujum, digo lo mismo, vámonos —Levantándose, extiende la mano al más alto que ni corto ni perezoso, la toma

Hyungsuk se adelanta cuando Elizabeth gira para despedirse nuevamente del enfermero que pretende tomar una llamada. Abriendo la puerta, en cuanto quiere seguir su camino, siente como se choca contra el cuerpo congelado de Hyungsuk

Ora ¿y éste? piensa confundida, a este paso, va a terminar llena de putazos

— ¿Suk? —Duda asomándose— ¿qué pasa? —Arquea una ceja para luego mirar frente a ellos lo que tapaba su camino

𝐋𝐀𝐓𝐈𝐍𝐀 | LookismDonde viven las historias. Descúbrelo ahora