Capítulo 29

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¿Prefieres descubrir sola o en pareja?

Delany

—¿Qué dicen?, ¿vamos por un trago todos juntos en la noche? —propuso Ethan con el fin de encontrar una oportunidad de reunirnos y así poder hablar.

—Me apunto —aceptaron Zoe y Samuel.

—¿Y tú, Delany? —inquirió con una sonrisa coqueta.

—¿Por qué no me persuades?

Sabía que estaba jugando con fuego, es solo que, me encantaba arder a su lado.

Ethan sonrió, mas no dijo nada porque llegamos al restaurante de antojitos mexicanos. Zoe había decidido ir a ahí y nosotros aceptamos. Al parecer los hermanos aún estaban algo resentidos con todos, en especial con Ethan y Elaine, quienes aceptaron comer con nosotros, mientras que los Hernández lo hacían en el buffet.

—¡Bienvenidos, soy Alejandro y yo seré su mesero! —se presentó un hombre al hacernos entrega de la carta.

—Yo quiero un pozole verde y una Coca Cola, por favor —pidió Samuel.

—A mí me traes tres tamales de moles y..., una soda del sabor que sea —dijo Zoe, entregándole la carta al mesero.

—Yo quiero lo mismo que ella —puntualizó Elaine, señalando a mi amiga.

—¡Perfecto! ¿Y para ustedes? —inquirió el hombre.

—Unas flautas con arroz y agua de horchata —contestó Ethan a mi lado.

—Unos sopes con todo y un agua de Jamaica —anuncié al fin.

—De acuerdo. En seguida les traigo.

Elaine se veía más animada que el día anterior, no obstante, era evidente que se sentía afligida por toda esta situación, mas dio comienzo a una enérgica plática con mis amigos. 

Ethan buscó tomar un totopo del centro de la mesa y terminó tirando sus cubiertos. Con un movimiento veloz se inclinó a mi lado y en su trayecto para erguirse, rozó con sus dedos mi piel desde el tobillo hasta el muslo.

Contuve la respiración en la búsqueda de reprimir un jadeo y apoyé mis codos sobre la mesa.

Ethan volvió a su postura original con una sonrisa burlona.

—¿Cierto, Del? —inquirió Zoe a mi lado.

Lancé miradas furtivas a los presentes en busca de respuestas, sin embargo, una carcajada por parte de Ethan fue lo único que recibí.

—Zoe le decía a Elaine que iremos a la estética, así que la hemos invitado, más ella quería saber si no había ningún inconveniente con ello —explicó Samuel.

—No, claro que no, sería un placer que nos acompañaras, la cita es a las 5:00 de la tarde y estaríamos aquí a tiempo para salir con ellos a las 8:00 de la noche.

—Es una buena idea, Elaine: tú ve con ellos y yo me encargo de hacer entrar en razón a Gretta y Santiago —la animó Ethan.

—De acuerdo —aceptó.

El mesero regresó y nos hizo entrega de nuestros platillos.

—Ethan, ¿dónde vives? —inquirió Zoe.

—Actualmente resido en Guadalajara, pero provengo de la Ciudad de México —respondió Ethan a mi lado.

—¿Y tú, Elaine?

—Todos provenimos de la Ciudad de México, nuestros padres son grades amigos, sin embargo, cuando Ethan se fue a Guadalajara, su padre nos ofreció trabajo en la misma empresa —explicó Elaine—. Y ustedes, ¿de dónde son?

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