Capitulo 38: Felicidad ❤

845 91 10
                                    

Luz se había quedado paralizada en el mismo lugar... ¿De verdad Amity le había dicho que sí?

—No hagas que me arrepienta —agregó Amity dándose media vuelta dispuesta a caminar, Luz por su parte despertó de su trance y la siguió por detrás.

Amity caminaba a paso rápido a la par que comenzaba a cuestionarse el hecho de haber aceptado la propuesta de Luz para llevarla a casa.

¿Habré hecho lo correcto?

Era demasiado tarde para arrepentimientos, Amity ya se encontraba saliendo del bar en compañía de Luz.

En el momento en que la estadounidense puso un pie fuera del lugar, Matt la detuvo del brazo con una expresión indescifrable en el rostro. Observó como su guardaespaldas le regalaba un gesto nada amigable a Luz y cuando lo vio querer acercarse a ella, supo que era momento de intervenir.

—Déjala —ordenó Amity.

—¿Qué? Pero ella no...—

—No te metas amigo, deja que nosotras arreglemos nuestros problemas ¿esta bien? —contestó Luz fingiendo cortesía—. Yo la llevaré a su casa en mi auto, tú puedes seguirnos desde atrás.

—Amity, no me parece que a tu padre le guste esto —repuso Matt con seriedad. Se notaba a leguas la furia contenida con la que el chico miraba a Luz.

Amity contempló con sumo cuidado todos los gestos y ademanes de su guardaespaldas y de un momento a otro le vinieron a la mente todos aquellos comentarios que su hermana Emira le había hecho sobre que Matt no la veía como su amiga, sino como algo más.

Quizás en otras circunstancias de su vida, no le hubiese importado fijarse en alguien como él. Amity nunca juzgó a las personas por su estatus social, Matt le parecía un chico lindo, atento, amable y respetuoso, pero desgraciadamente sus sentimientos no le pertenecían a él, sino a otra persona.

—Me iré con Luz, síguenos por detrás como te dijo y gracias por preocuparte por mí, pero ya estoy lo suficientemente grande como para saber lo que hago —contestó Amity con frialdad viendo a Matt alejarse con los puños cerrados—. ¿En dónde está tu auto? Hace frío.

—Oh mierda... —murmuró Luz dándose una palmada en la cara porque había olvidado el pequeño detalle de que Gus las había traído a Viney y a ella en su auto—. Olvidé que Gus me trajo, discúlpame...

—Hmm ¿entonces cómo pensabas llevarme a mi casa?

—Sinceramente... no pensé que fueses a aceptar mi proposición —confesó Luz con cierta vergüenza. Era verdad, con todo lo ocurrido en el cubículo del baño, pensó que Amity saldría corriendo y trataría de evitarla a toda costa, pero en lugar de eso recibió una afirmación de su parte—. Pediré un taxi.

—No, no, para nada, un taxi no es seguro y mucho menos a altas horas de la noche —replicó Amity—. Se supone que tú ibas a llevarme a casa, pero al parecer tengo que ser yo quien te lleve a tu apartamento.

—Estoy apenada, no tienes que hacerlo, yo puedo tomar un taxi...

Amity consideró dejarla ahí, todavía no podía perdonarla del todo, pero estaba haciendo un gran esfuerzo por hacerlo. Simplemente se limitó a asentir y dar media vuelta para dirigirse al auto donde Matt la esperaba, pero se quedó petrificada al escuchar una tercera voz, volteó disimuladamente hasta encontrarse con una chica que al parecer tenía todas las intenciones de coquetear con Luz.

—Hola, guapa ¿a dónde tan solita? —murmuró una chica de manera seductora observando a Luz de los pies a la cabeza—. ¿Eres la misma chica que armó el escándalo dentro del bar? Sí, sí eres tú.

Mi Novio Es Una Chica - Lumity • ViniraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora