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Después de ese día, mi vida cambió para bien ya habían pasado 6 días desde que lo conocí, me cayó super bien, todavía no podía creer que en verdad tuviera un amigo, solo espero que no se aburra de mi o que yo lo heche a perder, porque la verdad lo veo muy posible

Ya amaneció, el doctor estaba orgulloso de mí porque ya no necesitaba las pastillas para dormir, me sentía invencible...

Me levanté del mejor ánimo y me estiré mis brazos bostezando

- buenos días Aquino

Pude reconocer la voz y una sonrisa apareció en mi rostro girando mi rostro con entusiasmo

- Buen día Duxo

- je-ey cómo estás? Y ese ánimo? -dijo con una sonrisa burlona

- hoy amanecí super bien, de hecho pude dormir sin necesidad de las pastillas

- eso es genial amigo felicidades!

<<amigo... escuchar esa palabra para mi era maravilloso...>>

-gracias Duxo, ya desayunaste?

-aun no, pero pronto viene, oye, te puedo preguntar algo?

-claro

- cómo somos amigos ahora... me podrías acompañar esta tarde algún lugar?

<<acompañarlo, me estaba invitando a salir?... de la habitación?>>

- a-a dónde?

-descuida, es en el hospital, pero en otra área, solo será un ratito, por favor aquinito - dijo juntando sus manos en forma de suplicas y haciendo ojitos

Aquino estaba nervioso, sentía como su corazón se aceleró cuando el azabache usó el apodo "aquinito" y supo porqué.

Esta era su oportunidad para convivir con su nuevo amigo haciendo cosas de amigos.

-claro, cuándo?

-de hecho es cuando toque mi segundo tratamiento

-segundo?

-si, son dos por día, a ti no te lo han hecho?

- mhmm... creo que no- ah! Si si, pero cuando era pequeño, ya no lo necesito

- que suerte... pero estoy más tranquilo sabiendo que tu irás conmigo - dijo mirándolo con ojos coquetos y una pequeña sonrisa

- ah?...- su rostro se tornó de un tono rojo leve, pero notorio para el contrario

En ese momento llega la enfermera que se llevaría al azabache a aquella sala

-mi momento a llegado... -dijo para luego pararse de la camilla con la ayuda de la enfermera

Cuando estaban en la puerta Duxo volteó a ver a Aquino quien estaba sentado en su camilla mirando como se lo llevaban, la luz de la ventana detrás de él hacían que sus cabellos rizados sean alumbrados haciendo que se vean de un castaño claro rojizo, el pudo notar como sus ojos ámbar era iluminados por los destellos del sol y como sus pecas hacían el complemento perfecto para aquella obra de arte a ojos de él...

- Hasta luego señor Aquino.. - dijo inclinando su rostro y haciendo una referencia

- e-eh ¡b-bay!... señor... Duxo? -dijo despidiéndose con su mano

El contrario rie de forma tierna negando levemente con la cabeza- adios~ - este se va

Cuando el azabache sale no puede creer que haya dicho eso, y la expresión de él castaño, al recordarlo exhala una risa, la enfermera lo miraba de forma burlona para luego llevárselo a aquella sala.

Por otro lado Aquino, estaba hirviendo de vergüenza pero a la vez felicidad, no podía creer que el le haya dicho eso, al recordarlo él se tiró para atrás y pataleo como niñita, tapando su rostro con sus manos y chillando un poco. Cuando apartó sus manos de su cara estaba mirando bobamente al techo mientras sonreía ladinamente.

<<Creo que en verdad le agrado...>>

Se sentó de nuevo, esta vez un poco más calmado, volteó a ver la mesita de noche y ahí estaba el libro que le dió Duxo.

Sin pensarlo mucho lo tomó y comenzó a leer donde se quedo...

"Seguía andando tranquilamente hasta que escucho pasos detrás de él, la criatura giró su cabeza en busca del provocador de aquel ruido, más sin embargo no encontró a nadie...

"Que extraño, creí haber oido algo"

Se dijo a si mismo, hasta que de repente, se escuchó un disparo así espantandolo y hechandose a correr, solo que el culpable del sonido era una red, atrapándolo y haciéndo que se cayera al piso

"Por fin te tengo..." una voz ronca salio de los arbustos, era el cazador.

La criatura seguía luchando para poder escapar, pero todo era en vano, se transformó en paloma para tratar de salir, pero aun así no pudo

"Deja de luchar... no te servirá de nada"

Decia el cazador

"Por favor déjame ir"

Decía la palomita en un tono serio, más sin embargo este no respondió, tomándo la red y comenzando a caminar, arrastrando al híbrido.

Cuando llegaron a la casa del cazador, este puso a la ave en una jaula, una que parece que ha sido preparada solamente para él...

Este le dejó un poco de comida y agua y salió de aquella habitación dejando a la criatura sola

"Tengo que ver una forma de escapar..."

Esta se decía a sí misma

De pronto, se le ocurrió una idea, se transformó otra vez en humano, pero había un pequeño detalle, este estaba desnudo, pues cada que se convertía en paloma, la ropa se consumía junto a su transformación, pero este no le dió importancia en ese momento.

Trató de romper aquella jaula usando su fuerza, pero como era una para aves yacía colgaba del techo

Esta se columpiaba de un lado a otro, hasta que aquella soga se rompió haciendo caer la jaula encima de una repiza la cual estaban las armas del cazador. Este no se hizo daño porque seguía dentro de esta.

Se movió un poco, así haciendo que rodará y cayera al suelo, el impacto hizo que la jaula se abriera y pudiera salir.

Salió sigilosamente, pero escuchó un ruido, era la repiza de armas cayéndose, este esquivó todos los artilujios cayentes. Orgulloso se detuvo un momento, pero oh...

Un último cuchillo cayó en su pié, atravesandolo y clavándolo en el piso

Un grito desgarrador de dolor se escuchó en aquella sala, quejidos y jadeos salían de su boca y lagrimas rodaban de sus mejillas.

Se escuchó el sonido de la manija de la puerta siendo abierta, era el cazador, viendo una imagen muy comprometedora..."

La puerta de la habitación estaba siendo abierta.

El castaño subió la mirada esperando que fuera su compañero, sin embargo no lo era.

Era una enfermera muy nerviosa... - E-es Duxo...

-Q-qué...?

&quot;¿Compartimos camilla?&quot; •[DUXINO]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora