Taehyung
Llueve. Llueve tan fuerte que no me deja escuchar mi respiración. El cielo truena cada que me muevo. Es extraño; reconfortante pero increíblemente terrorífico.
Hay una palma grande acariciando mi abdomen. Pasa los dedos por mi ombligo y sube para tocarme el pecho. Está helada, pero sé que si deja de tocarme sentiré mucho más frío.
También está su aliento en mi cuello. Me invade, me pone la piel sensible.
Está despierto. Lo percibo, lo escucho. Está tan pegado a mí que lo siento como una extensión de mi cuerpo. No lo miro, le doy la espalda, pero él sigue acariciándome. No habla, no dice nada; piensa, así como yo. Siento que escucho lo que pasa por su mente, siento que es igual a lo que yo pienso ahora.
Pocas veces disfruté del sexo casual. Amaba conocer gente, distraerlos, hacerlos verme. Amaba coquetear con desconocidos, seducirlos, tocarlo hasta volverlos parte de mí. Amaba los primeros besos, las primeras caricias, las primeras palabras. Amaba hacer que me desearan.
Pero cuando llegaba el momento me decepcionaba. Me tocaban, me usaban, no se preocupaban por hacerme disfrutar. Lo sabía, sabía que siempre sería así, pero aun con todo eso, lo repetía. Esperaba que hicieran algo para dame el confort de una pareja sexual, más allá del placer carnal, de lo bueno, de qué tan expertos son, de qué tanto me disfrutaron. Me satisfacía saber que yo los satisfacía a ellos.
Pocas veces disfruté del sexo casual.
Esta vez, sin embargo, lo disfruté tanto que duele, que arde, que me mata. Se cuela en mi garganta, me hace sentir pequeño y vulnerable; ansioso de acelerar mi descenso y desaparecer del universo.
Pasan de las tres de la madrugada, la lluvia sigue sin parar. El silencio ajeno a ella es tal que me espanta, no me gusta; me hace sentir solo.
Pero no estoy solo, él está aquí; me acaricia, me conforta, me hace sentir no sólo deseado sino también querido. Cruza conmigo el límite, no me deja solo con el infierno que hemos creado.
A veces deseo que Jungkook sea más cobarde de lo que ya es. Hoy, que me deje desprotegido después del sexo y busque cómo refugiarse de la culpa en otro lado. No lo hace pues me acaricia, me abraza, se sigue pegando a mí. Es ridículo, es realmente extraño. Me asusta tanto que me vuelve loco. Quiero cerrar los ojos, dormir en el calor de su cuerpo y esperar no despertar nunca. Pienso en que esa sería una buena forma de morir. En realidad, sería la forma ideal para mí.
Mi mente no me deja dormir. Juega conmigo, me arrastra a un túnel de pensamientos del que es imposible salir, me llama de todo, de todas las formas que se le puede llamar a un traicionero. Me pregunto si Merin sintió lo mismo seis años atrás, si igual le dolía el pecho como a mí, si tenía náuseas, si se sentía la persona más sucia del planeta.
Jungkook sigue acariciándome. Me mantiene con los pies sobre la tierra, me jala del túnel oscuro. Cierro los ojos y me concentro sólo en la forma en la que me toca, en la que procura hacerme sentir tranquilo. Mi corazón late con rapidez, él lo provoca. Me preocupa, me preocupa tanto que Jungkook me haga sentir como lo hace, que me haga desear más de su toque, más de su calor, más de su cuerpo pegado al mío.
Me aterra pensar que algo en mí se remueve cada vez más con su presencia, que roso la línea entre lo físico y lo sentimental, que él la pasa como si no existiera. Pensar en él me hace sonreír, hace de mi estómago un remolino, un desecho de sentimientos imposibles de decir en voz alta.
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clámame, vehemencia [KookTae]
FanfictionLa monótona vida de Jungkook cambia cuando conoce a Taehyung; un joven elocuente, interesante, y de belleza singular, que por mero infortunio es el hermano menor de su esposa. Inició: 031122 Terminó: ---