clámame, vehemencia [KookTae]

21| Fantasmas, culpa, y sobredosis.

ALERTA: Hay algunas partes de este capítulo que pueden afectar la sensibilidad del lector (Asquearlo). No lo evito porque es una realidad, pero estás en la libertad de saltarlo. Gracias!!!

btw parece que algunos no entendieron que Taehyung no sólo consumió marihuana sino algo más con ella. No se especifica en el otro capítulo pq eso se ve en este. PERO BUENO BAI

Jungkook

Es una mujer.

Tiene la piel morena como la gente de la costa donde antes vivía. Me recuerda a la mejor amiga de mi madre, siempre simpática y amable. Cuando mi mamá murió, ella llegó a Daegu para el funeral con marcas de ojeras y los ojos rojos. Perder a su mejor amiga apagó la luz que la caracterizaba.

No es ella, claro está. La mujer en mi mesa está más alta, menos robusta. Tiene la expresión afligida como si en vida no supiera que iba a morir. Es irónico, murió de una sobredosis; un suicido.

Lleva un procedimiento diferente. Siempre es diferente encargarse de alguien que tuvo la intención de morir. Usualmente se ven más sanos, con más vida, con menos heridas físicas, pero siempre llegan así; con el cuerpo entumido, la cara impregnada de dolor, de decepción.

Me atrevo a revisar su expediente. Su hermana menor la encontró en el suelo de su cocina, no dejó carta. Llegó a mí después de la autopsia y sólo fue allá para que maltrataran más su cuerpo. Siento lástima. Odio hacerlo, pero no puedo evitarlo, es difícil levantar una sonrisa en alguien que no lo hizo en vida. Me cuesta trabajo respirar cuando coso sus labios, cuando enchino sus pestañas y saco líquido de sus muñecas lastimadas. Queda bien, serena y con la expresión relajada. Sus familiares no especificaron nada, dan la impresión de estar molestos con ella.

La llevamos en su ataúd por las puertas traseras porque dos de las salas en la funeraria ya estaban ocupadas. Ese pasillo siempre está frío, y cómo no, si abunda la muerte.

Hoseok está poniendo flores en la sala, aún no llega nadie más. Me mira y luego mira a Yoongi quien no me ha dirigido ninguna palabra fuera de lo laboral desde que llegué a la morgue en la mañana. Lo presiente, lo supo cuando no pude dejar de sonreír mientras esperaba la llegada del cuerpo.

—Te quedó bien —dice Hoseok—. Siempre haces que parezcan dormidos.

—Se supone que así debe ser —le digo.

—Pero no todos los embalsamadores lo logran —me debate.

No contesto nada más. Salgo de la sala y me lavo las manos por diez minutos. Están tan limpias que pierden la sensación del cuerpo de Taehyung en la noche. Me asusta el pensamiento, sacudo la cabeza para despejarme.

Luego camino a las criptas. Están después de una puerta grande de cristal en la recepción de la funeraria. Pasan de las ocho de la noche por lo que todo está oscuro. Las luces automáticas tardan en encenderse cuando entro a la enorme sala.

Camino por entre los pasillos como si fuera un laberinto. Agradezco que no haya imágenes religiosas. Hoseok se había encargado de hacer el diseño minimalista, sin cruces, sin colores raros, ni arte sacro.

Me siento en una banca cerca de la puerta. Me incomoda visitar este lugar, pero me gusta la estética. Es como el roble, pero más espiritual, me hace sentir observado. No está en silencio; suenan las canciones de uno de los funerales. Cantan cantos cristianos, logro percibir las voces temblando, sufriendo. Quien sea que esté siendo velado fue realmente amado en vida.