24| Hasta dónde estás dispuesto a llegar por placer

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ola pq ya no comentan, me voy a poner a llorar en 3...


Jungkook


         El taxi de Taehyung se estaciona delante de mi casa trece minutos después de contestarme el mensaje. La puerta sigue abierta cuando sale del auto cargando sólo su celular y lo que sea que quepa en las bolsas de su pantalón suelto de mezclilla.

Quiero advertirle del olor del perfume de Jacky o disculparme por el desorden, pero las palabras se me atoran en la garganta cuando al fin puedo verlo con luz y me doy cuenta de que se tiñó el cabello de negro.

Taehyung entra a la casa y, como esperé, olfatea. No comenta nada; recorre con su felina mirada cada rincón de mi casa. No sé qué analiza, pero no demuestra mucho. Se detiene a unos tres metros delante de mí y me mira.

—Es la primera vez que entro —dice.

No me entra en la cabeza su nivel de tranquilidad. Yo estoy vuelto loco con su compañía, con lo jodidamente bien que le queda ese tono de cabello y lo bien que se le marca el cuerpo con la camisa que tiene puesta.

Trago saliva antes de hablar. —¿No?

Él niega con los labios abultados y sigue inspeccionando la casa. No se gira para cerrar la puerta; lo hace con su espalda, y es cuando al fin estamos fuera de peligro a ser vistos por algún vecino metido, que me permito sacar el aire contenido y acercarme a él con rapidez.

Taehyung se muestra sorprendido cuando lo golpeo contra la puerta y le apreso la boca con mis labios. Tarda unos segundos en componerse y seguirme el beso, y esa simple acción me arrebata la cordura y me hace devoto a su sabor.

Sube sus manos hasta tomarme del cuello y profundizar el beso. Gime cuando lo alzo de las piernas y nos encamino a ambos al sofá grande junto a la lámpara de luz amarilla. Lo recuesto y me pongo sobre él mientras nos seguimos besando.

Es un beso brusco; lleno de sed mutua. Taehyung se mueve debajo de mí y hace sonidos obscenos que sólo me incentivan a seguir cometiendo errores.

Pero me llega un recuerdo que me hace caer de nuevo en la realidad. Fue en este mismo sofá que pensé en Taehyung mientras tenía sexo con Merin. Caigo en cuenta de dónde estamos, de lo que estuve a punto de hacer y con quién.

Me separo de Taehyung y él me mira frustrado.

—¿Qué pasa? —pregunta pasando las manos por mi abdomen y subiendo mi camisa.

—No puedo hacer esto aquí —le digo— perdóname.

Taehyung asiente y me toma la mano. —Yo sé, tampoco me siento muy cómodo. Podemos vernos después.

Me apresuro a negar y me acerco a él. —No, no te vayas. Es nuestra oportunidad para que estemos juntos.

Taehyung sonríe y acaricia mi cabello. —¿Qué sugieres, entonces?

—Hum, no sé. Podríamos ir a un hotel —le digo.

Taehyung se ríe —¿Tan desesperado estás?

—De ti siempre estoy desesperado.

Él vuelve a reír, pero veo el destello de satisfacción en sus ojos. —No lo sé, deberías ser un poco más romántico.

—¿Ya cenaste? —le pregunto y él niega— ¿Te parece que te lleve a cenar?

—¿Ya cenaste tú? —pregunta.

—Sí, cené con Jimin y Lia, pero puedo acompañarte.

Taehyung lo medita. —No me gusta comer solo.

clámame, vehemencia [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora