4: El barco

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Winter

—¡Winter rápido, ven!

Escuché a Jaemin gritar y fui a toda velocidad. No sé que se me pasó por la cabeza en esos momentos pero desde luego no era lo que vi.

—Estaba intentando marcharse en la barca. La pillamos desatando los nudos.

Le di un vistazo serio a Karina. Tenía el rostro cabizbajo, como cuando un cachorro sabe que ha hecho mal y no le queda de otra que arrepentirse. Jeno y Ryujin la tenían sujeta por los brazos, negué con la cabeza.

—Podéis soltarla, y dejadnos a solas.

Karina se liberó de ambos y refunfuñó. Me acerqué a ella y le hablé seriamente.

—Te dije que no intentaras nada.

—No quiero quedarme el resto de mi vida en este barco.

—Yo tampoco quiero que te quedes, créeme.

—Entonces déjame ir —espetó aún más cerca.

Tragué saliva. En ese momento de verdad que me arrepentí de haberla traído. Todo fue por un estupido arrebato infantil de querer molestar a Borne, pensaba que sería todo mucho más sencillo. Desde luego que no.

—No puedo hacer eso, es tarde —aparté mi vista de ella—. Ahora vuelve dentro y haré como que esto no ha ocurrido —ella fue a marcharse pero la agarré del brazo atrayéndola a mí—. Te dije que no te haría daño, pero deja de sacarme de mis casillas. Me lo estas haciendo difícil.

Ella me miró con rabia y confusión, acto seguido se fue de allí. Suspiré.

¿Tan difícil era acatar ordenes?

***

Karina

Tal vez intentar escapar fue una estupidez, sí. Pero fue un impulso, era tan sencillo... La desgracia estaba en que no sabía nada de barcos o nudos, y cuando vi que estaba amarrado de esa manera supe que la había cagado.

Salí de la ducha y me encontré con un par de camisetas y pantalones sobre la cama. Encima había una nota con una caligrafía bastante difícil de leer.

"Espero que te sirvan, no sabía bien tu talla. Ningning"

Agarré una camiseta y le eché un ojo. Era algo que jamás me pondría en tierra, bueno, mejor dicho... Que jamás dejarían que me pusiera. Una camisa blanca con cordones, un pantalón negro ceñido, unas botas marrones. Siempre he estado rodeada de vestidos y prendas de lo más femeninas, desde luego ahora si que iba a parecer una de las suyas.

Me puse la ropa rápidamente antes de que Winter volviera a entrar en la habitación. Esa chica... No sé exactamente que sensación me producía. No me daba miedo, pero tampoco tranquilidad... Era algo que no sabía explicar.

Me miré al pequeño espejo que tenía en el baño. Me quedaba ajustado, bastante bien, pero no sé si era lo apropiado para estar por aquí.

Salí del camarote para subir a proa de nuevo. Notaba la mirada de los tripulantes sobre mí, no sé si por ser la rehén o por verme así vestida. Al subir no vi ni a Winter ni a Ningning, así que me acerqué a la barandilla del barco para observar el mar. Parecía todo super tranquilo, me preguntaba si Nicholas estaría haciendo algo por salvarme o esta historia iba a ir para largo.

Sinceramente extrañaba más a las mucamas que siempre estaban conmigo que a él. Desde que murieron mis padres y me incorporé a vivir con los Borne, siempre me he sentido atada a Nicholas como si fuera lo único que tuviera, aunque en parte era cierto. No tenía a nadie más. Eso me aterraba... Porque si en algún momento lo nuestro se quebraba, nunca tendría escapatoria.

Dahlia | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora