23: Una verdad a ciegas

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Narrador

Un charco de sangre en la tierra húmeda, el humo saliendo de la escopeta, Lois aterrorizada por lo que acababa de hacer. Había disparado a su jefe.

—¡Winter! —Karina se acercó corriendo a ella.

La abrazó con fuerza como si fuera lo ultimo que haría en la Tierra. Las lágrimas caían por su rostro, pero nada se aproximaba al dolor que estaba sintiendo Winter en su interior. Todo lo que le dijo Nicholas que nunca sabría si era cierto o no porque estaba muerto.

Lois se acercó a Winter con rapidez y la miró a los ojos.

—Winter, ¿esta bien? —dijo entre lágrimas.

Karina miró a su mucama sorprendida, la conocía. ¿Cómo diantres la conocía? Pues claro, trabajó para los padres de Nicholas.

—Mi madre... —musitó Winter.

—Vamos, ayudadme a llevarla dentro de casa.

Entre todos llevaron a Winter a la casa de los Borne, cuya casa iba a acabar extinta al haber fallecido Nicholas. Ya no importaban los cargos, ya daba igual un simple apellido.

La llevaron hasta la habitación principal y la recostaron en la cama, Lois fue a buscar el equipo medico que tenían aquí, que aunque no era para tanto, desde luego era mucho mas eficiente que el del barco.

—Dios mío, qué te hicieron... —musitó sacando vendas y alcohol del maletin.

Karina estaba junto a Winter agarrándola de la mano, mientras que los demás se mantenían en la habitación dando vueltas de los nervios y cuchicheando.

—Esto te va a doler —dijo Lois, la capitana asintió.

En cuanto notó el alcohol ponerse en contacto con las heridas un grito de dolor salió desde lo mas profundo de su pecho. Karina cerró los ojos al sentirse tan mal de escucharla así.

—Debo desinfectar... Lo siento...

—Esta bien.. No importa. Lois... —musitó, la mucama la miró—. Tú sabes lo que ocurrió.

Apartó la mirada y siguió curando el cuello de la capitana.

—Por favor. ¿Es cierto lo que dijo?

Lois suspiró.

—Tu madre y yo te ayudamos a llegar al mundo —esbozó una sonrisa.

Winter se quedó helada. En ese momento sintió que todo fue una mentira, que todo lo que vivió era un mal sueño, que era una bastarda de Borne.

Winter se intentó levantar pero Karina la frenó. Agarró su rostro con su mano y la miró a los ojos.

—Escúchala. Estoy aquí, estamos aquí, somos tu familia, mi amor... —dijo mirándola a los ojos—. Escucha la verdad.

Winter tragó saliva y asintió.

—La señora Borne, Olivia, siempre estuvo enamorada de André. Todos lo sabíamos, todos menos Frederick. Olivia era... —Lois sonrió—. Era un ángel caído del cielo.

—Pero mi madre siempre dijo... —Lois interrumpió.

—Que era horrible, que tuvieras cuidado con los Borne —Winter la miró sorprendida—. Lo sé porque fue Olivia quien le pidió por favor que te dijera eso.

—¿Qué? —frunció el ceño—. ¿Por qué?

—Porque quería mantenerte lejos de Frederick. Olivia siempre cuidó de todos nosotros, siempre quiso lo mejor para todos, nos daba regalos a escondidas, nos regalaba días libres, nos protegía siempre que ocurrían cosas fuera de su alcance.

Dahlia | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora