.｡⁠*ﾟ⁠+Nuestras historias.｡⁠*ﾟ⁠+🍃Sanemi Shinazugawa.🍃(Sanemi X Ti)

Capitulo 5: Historias entrelazadas.

Nota de la autora: Algunas cosas no son canónicas en Kimetsu No Yaiba y yo las invente para esta historia.

El día estaba dando paso a la noche, el atardecer era hermoso como siempre. El cielo pintaba unos preciosos colores anaranjados, mientras que el sol se perdía a la vista de los campos, poco a poco las estrellas empezaron a mostrarse, unas más brillantes que otras. Parecía el lienzo de una bella pintura.

Shinazugawa Sanemi se encontraba mirando aquel bello cielo, era curioso como a veces entre tantas batallas y entrenamientos no se daba el descanso de admirar lo hermoso que son los atardeceres, es como un espectáculo gratis y lo lindo que es que cada atardecer es único al del siguiente día.

El joven se sentía avergonzado por lo que había acontecido hace unas horas, pues él, había roto a la mitad el top de su compañera Kasumi Satō, haciendo que quedara semi desnuda. "¡¿COMO PUDE HACER ALGO DE TAL MAGNITUD?! Ella debe de pensar que soy un pervertido, ¿Y si realmente lo soy?" Sanemi quería que un demonio le comiera la cabeza.

Pero la imagen de la espalda desnuda de su compañera pilar se le vino rápidamente a la cabeza, rápidamente intento pensar en algo que no sea eso "¡Dios Sanemi! ahora creo que si soy un gran pervertido". Las mejillas del joven se pusieron muy coloradas. Aunque, vio algo muy curioso en la espalda de la espadachín, era un tatuaje, eso era obvio, ¿pero que forma tenía? la curiosidad intervino en el alvino, pero rápidamente se reprendió mente,

Mientras que el peliblanco se sentenciaba por lo que había hecho y pensaba en mil formas de autocastigarse y pedirle perdón a su compañera, la joven Satō se encontraba muy feliz dándose un baño, ella no le había tomado mucha importancia a lo que había pasado, ya que ella pensaba que estaba con personas de extrema confianza.

Al salir de su baño, se puso un yukata ligero aunque a medio abrochar, ya que como se encontraba en su cuarto tenía más libertades. No tardo mucho para que le trajeran la cena, siempre que se encontraba en la sede de la compañía, a los pilares se les daba un trato más especial que a cualquier cazador.

Antes de que pudiera dar el primer bocado, tacaron a su puerta. Si había algo que le molestara a Satō más que ver a un vil demonio, era que la molestaran mientras estaba comiendo. Por eso le pedía estrictamente a los kakushi que si alguien necesitaba verla y estaba comiendo, evitara a toda costa que la molestara.

Pero ante la insistencia de los golpes de la puerta, Kasumi no tuvo más remedio que ver quien era y el porque la buscaba. Enojada abrió la puerta con una cara de que asesinaría a cualquier persona, pero se quedo estática al ver quien era. Sanemi Shinazugawa.

-Señor Shinazugawa, lo lamento mucho pero la señorita Satō no le gusta que la moleste en su horario de comida.- Un Kakushi hablaba con voz temerosa detrás del pilar del viento, a todos en la compañía les intimidaban los pilares pues eran en palabras de Tengen Uzui, la fuerza máxima entre todos ellos y los más vistosos.

Satō alzo la mano para que el Kakushi se callara.

-Muchas gracias por advertirlo, puedes retirarse.- Sin pensarlo dos veces el Kakushi se fue corriendo.-Shinazugawa San, que sorpresa que estés aquí, en mi habitación. Adelante por favor.-La voz de Kasumi era tranquila y serena.

-Gracias, Satō San.- La voz severa pero educada de Shinazugawa hacia cosquilleos en la piel de Kasumi.

La diferencia de estatura entre Satō y Shinazugawa no era muy grande, ella era una mujer alta al promedio y Shinazugawa tampoco era muy alto.

"Se parece mucho a Genya". Pensó la joven Satō al poder mirar mas detalladamente a su compañero pilar. Genya Shinazugawa es el sucesor de la pilar de la tormenta, ella misma lo eligió entre siete de los mejores candidatos, y aunque Sanemi lo negara ella sabía que ellos eran hermanos de sangre...