.｡⁠*ﾟ⁠+Nuestras historias.｡⁠*ﾟ⁠+🍃Sanemi Shinazugawa.🍃(Sanemi X Ti)

Capitulo 13: Invitación.

La muerte de Rengoku había afectado demasiado a Kasumi Sato. Aquella chica había sufrido la muerte de su querido amigo Rengoku, que en momentos pasados le declaro su amor e incluso la había besado noches atrás. Era increíble que el ya no estaba con vida y ahora se encontraba descansando junto a su madre.

También Kasumi se sentía ridícula por haber llorado enfrente de Sanemi, aún peor con haber subido a su espalda y haber dormido sobre de él. Ahora no podía ni verlo a la cara ¿Qué pensara de ella en estos momentos?

Pero aquella preciosa mujer, había tomado una rara actitud para todos los kakushis que cuidaban y atendían de ella, pues la chica entrenaba ahora de noche y día, sin descansos y solo durmiendo dos horas. En la mente de la señorita Sato había una tormenta de pensamientos, donde se proponía ser más fuertes que antes para vengar y proteger a todos sus allegados.

"Llevare la respiración de la tormenta a otro nivel. Seré más fuerte que ahora."

Iguro Obanai se encontraba preocupado por su amiga. El más que nadie sabía lo duro que era la muerte de Kyojuro Rengoku para Kasumi, y su forma de afrontarla era explotando su fuerza y cuerpo en un entrenamiento duro.

-Kasumi ¡Para por favor!.- Dijo Iguro molesto tomando con fuerza los hombros de Kasumi. La muchacha tenía sus suaves manos llenas de moretones y cortadas, estaba perfeccionando su técnica de respiración, cada postura la mejoraba hasta llegar a la perfección absoluta.

-Me estas desconcentrando, Obanai.- La mirada filosa de Kasumi hacia contacto con los ojos insensibles de Iguro.- Quítate de mi camino, por favor.

-Estas actuando como una niña, Kasumi. Deja de explotarte de tal manera, ¿Sabes el daño que le puedes hacer a tu cuerpo?, no te alimentas lo suficiente estos días y entrenas sin descanso. No serás la más fuerte, antes de eso morirás por el sobre esfuerzo.- Kaburamaru se enrollaba en los hombros de la chica, la serpiente la miraba con tristeza pues también estaba preocupado.

-No puedo descansar ahora.- Kasumi quito las manos de su amigo y volvió a tomar su katana. El cielo estaba nublado y una gran tormenta se avecinaba, pero a la pilar no le importaba entrenar bajo la lluvia.- Ellos mataron a Rengoku, lunas superiores. ¿Sabes lo fuerte que tuvieron que ser para matar a Rengoku? ¡No descansare hasta que estén todos los malditos demonios muertos!

-¡Por Dios Kasumi! Morirás antes que eso suceda si sigues comportándote como una mujer inmadura.- Obanai cada vez se iba enojando más.- Deja de ser tan terca.

-No lo conseguirás.- Kasumi se quito a Kaburamaru de sus hombros y con cuidado se la entrego a Iguro que la fulminaba con sus ojos bicolores. Y procedió a practicar sus posturas creadas por ella misma.

La respiración de la tormenta de Kasumi combinaba muchas técnicas de otras respiraciones, la mayor derivación era la del viento, también combinaba la respiración del rayo y flama. Pero ahora quería implementar movimientos de la respiración de la piedra, por ser una de las más fuertes.

Obanai molesto de las actitudes de su amiga, se dirigió hacia una parte de la finca donde entrenaba Sanemi Shinazugawa, pensando que a lo mejor el podría hacer algo.

-La señorita Sato me recuerda al señor Tokito cuando entrenaba con las múltiples heridas.- Susurro un kakushi cerca de Obanai.- Por algo se dice que son de la misma familia.

Iguro se detuvo y pensó que era muy evidente que eran descendientes del primer espadachín. Pero no por eso dejaría que su amiga se exprima hasta que su cuerpo no resista. Así que fue directo con su amigo Sanemi.

El joven Shinazugawa estaba sentado viendo la lluvia caer, le acordaba cuando su madre hacía un delicioso té, les ordenaba a todos sus hermanos a ir dentro de su humilde casa y les cantaba una canción con su preciosa voz. No había día que no recordara a su familia.