Recuerdos [Kidou x Fudou]

Recuerdo 06: El nuevo Teikoku

Sakuma llegó corriendo al campo de entrenamiento de Teikoku, parecía emocionado y llevaba unos papeles en la mano que agitaba por encima de la cabeza mientras llamaba a su equipo.

"¡Chicos! ¡Chicos! ¡Han abierto las inscripciones!"

Los adolescentes que se pasaban el balón entre ellos se detuvieron de inmediato al oír la voz de su capitán, un balón lanzado tarde golpeó en la cabeza a un chico alto de cabello largo y gris.

"¡Ay! ¿Quién ha lanzado ese maldito balón? ¡Lo voy a matar! ¡Eh! ¡Eh! ¡No me ignoréis!"

Pero todos los demás ya habían hecho un corro alrededor de Sakuma, Genda se había acercado y él le había pasado las hojas para que las pudiera ver.

"¿Por qué te emocionas tanto, Sakuma?" gruñó Fudou cruzándose de brazos. "Teikoku lleva cuarenta años participando y treinta y nueve ganando el Fútbol Frontier."

"Pero está será la primera vez sin Kageyama."

Un murmullo de excitación recorrió el grupo y el chico de pelo gris al que habían ignorado se acercó agarrando del hombro a Narukami y empujándolo para hacerse hueco.

"¡Oye, tú!" protestó el muchacho.

"¿Y quién es ese maldito Kageyama?"

"¿Tenemos ya entrenador?" preguntó Henmi dando un paso al frente.

Sakuma alzó la mirada de los papeles y sonrió, como si le hubiera costado enormemente guardar aquel secreto hasta que alguien preguntara y le resultara especialmente agradable dar la buena noticia.

"Sí."

Un nuevo murmullo se extendió entre los jugadores.

"¿Quién?, ¿quién es?" quiso saber Doumen con excitación.

"Espero que nadie con antecedentes criminales," murmuró Sakiyama.

"Nuestro entrenador será..." el capitían acentuó su sonrisa y se giró para hacerle una seña a una persona que esperaba en la oscuridad del pasillo que daba a los vestuarios.

Un hombre alto y atractivo, con el cabello morado cubriendo el ojo izquierdo y barba corta salió con paso lento y dramático.

"...Kudou Michiya."

La excitación que recorrió a los miembros de Teikoku ya no se quedó en simples murmullos, habían empezado a alzar la voz ante la creciente emoción de tener al entrenador que llevó al país a la victoria en el mundial.

"Me alegro de verte de nuevo, entrenador Kudou," comentó el peliblanco tendiéndole los papeles que llevaba pero que el hombre no quiso aceptar.

Entrecerró los ojos observando a sus jugadores.

"Silencio."

E inmediatamente, se hizo un silencio sepulcral, todos los jugadores, excepto el novato de cabello largo y Fudou, se pararon en un saludo militar. El entrenador pareció sorprendido por aquello y tosió un poco para disimularlo.

"Estoy aquí para llevaros a la victoria y no toleraré otra cosa. ¿Habéis entendido?"

"¡Señor, sí, señor!" respondieron los adolescentes como una única voz.

"A este equipo todavía le falta mucho para poder ser el mejor del país, no dejéis que vuestras victorias pasadas se os suban a la cabeza; ni haber ganado el Fútbol Frontier con anterioridad ni haber ayudado a ganar el Mundial os exime de entrenar duro, tendréis que demostrar vuestra valía si queréis formar parte del once titular."

"¡Señor, sí, señor!" volvieron a repetir los muchachos.

Kudou meneó la cabeza.

"Y dejad de llamarme señor, llamadme entrenador."