Recuerdo 01: ¿Por qué?

108 6 4
                                    

Un adolescente de pelo castaño peinado a lo mohicano caminaba solo por las concurridas y alegres calles de la ciudad principal de la isla donde estaba dando lugar el torneo de Fútbol Frontier Internacional, Isla Liocott. Aunque su estado de ánimo no podía ser más diferente al del lugar.

Paseaba con el ceño fruncido sin un rumbo fijo, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón corto que usaba para vestir cuando no llevaba la ropa del fútbol o el chándal de la selección japonesa, hacía demasiado calor. Pensaba.

Pensaba, en unos días sería el partido de la final contra el equipo Little Gigant y él, de alguna forma, se sentía nervioso y eso era inusual en él. Un nuevo sentimiento había crecido en su pecho, una semilla que se plantó sin saberlo el día que fue seleccionado como jugador del equipo japonés y que había ido creciendo a lo largo de los partidos conforme sus vínculos con los demás compañeros de equipo se fortalecían. Era una semilla de amistad.

No terminaba de entender cómo afrontar sus nuevas emociones, jamás había sentido algo así con anterioridad. Aquel sentimiento de querer ser cada día mejor por los demás, para los demás era algo novedoso. No estaba acostumbrado a pensar en otros antes que en sí mismo. Unos meses antes habría mandado verbalmente a lugares no demasiado agradables a cualquiera que le hubiera dicho que llegaría el día en que él, Fudou Akio, podría relajarse junto a alguien de la forma en que lo hacía. Y aún lo hubiera mandado a un lugar peor si le hubiera dicho que de entre todas las personas del vasto Universo sería Kidou Yuuto. Claro que no solo era Kidou Yuuto.


Fudou se paró un momento, mirando el cielo azul por el que se desplazaban lentas y perezosas unas gordas nubes blancas como ovejas en una pradera. Deseaba que Inazuma Japan se alzara con la victoria en aquel encuentro internacional, lo deseaba como jamás antes había deseado algo. Quería verles sonreír, a todos, quería verles gritar emocionados cuando el nombre de su equipo fuera reconocido como el ganador, quería ver como Endou alzaba la Copa del Mundo y todos los demás lo alzaban entre vítores.

Siguió caminando, acercándose a la zona más comercial del lugar, llena de bazares, tiendas de recuerdos y de comida, además de tiendas de deporte en las que sobre todo se podían comprar las camisetas de las diferentes selecciones que participaban en el torneo.

Realmente había cambiado, porque... realmente había cambiado, ¿no? Fudou sintió como se le hacía más difícil tragar saliva a la vez que un negro vértigo se instalaba en su estómago. Temía como jamás había temido algo que cuando el torneo finalizase él volviese a ser el de siempre. Movió enérgicamente la cabeza de un lado para otro, no, no podía pensar en eso. No volvería a ser el Fudou Akio despiadado y desconfiado, no volvería a dejar que el odio y la vanidad lo hundiesen. Era una persona nueva, metafóricamente hablando.

Tenía amigos, no secuaces, ni lamebotas, ni personas que lo seguían para aprovecharse de su fuerza. Había hecho amigos de verdad. Sus manos se cerraron en sus bolsillos y se mordió los labios. ¿Y si no eran amigos de verdad? ¿Y si solo fingían porque era compañero de equipo? ¿Y si una vez que acabase el torneo e Inazuma Japan se disolviera ya no querían saber nada más de él? ¿Y si Kidou Yuuto no quería volver a verlo?


Sabía que de ser así no podría reprochárselo, tenía tanto de lo que arrepentirse. Su corazón dolió. Sabía que no podría reprochárselo, había hecho mucho daño a otras personas en su hambre de poder.


Se detuvo ante un escaparate lleno de artículos deportivos de alta calidad. Su mente se evadió pensando que sus zapatillas estaban empezando a desgastarse y tenía que valorar seriamente el cambiarlas y evitar un mal rendimiento en el partido final, en el partido más importante de todos. Sus ojos verdes, oscuros como el mar de medianoche, recorrieron los objetos de la tienda. Habían pasado tantas cosas. Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo.

Unos repentinos chillidos agudos hicieron que cerrase un ojo en actitud de molestia buscando el origen del desagradable alboroto el cual no tardó en localizar, casi a su lado había un grupo de adolescentes fanáticas.

Recuerdos [Kidou x Fudou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora