Recuerdo 16: Estrellas en el firmamento

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Nota de Autor: FELIZ DÍA DEL KIDOFUDO!!! Vengo a celebrarlo con el capítulo correspondiente de Recuerdos. Este capítulo es especialmente romántico, o eso creo, así que quise reservarlo para hoy >:D Poco a poco mis niños van dándose cuenta de cosas jejeje. Cuanto los adoro.


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La luna resplandecía mágicamente en el oscuro cielo nocturno, brillante, blanca, un silente vigía. Era luna llena. Las estrellas salpicaban la cúpula celeste como gotas en un lienzo. El silencio reinaba en el lugar, todos dormían.

Con una repentina punzada de intenso dolor aquel muchacho de cabello castaño se despertó sobresaltado y cubierto de sudor, grandes gotas le recorrían la espalda a la que se había pegado la camiseta del pijama. Respiración agitada. Él no lo sabía pero había gritado en sueños.

Sentía la espalda rígida y le dolía mucho, como si un perro estuviera mordiéndole. Respiró profundamente intentando aliviar el dolor como les había enseñado el entrenador Zhao durante el Campamento de Fútbol. Tras varios minutos de respiración y de un intenso ardor en la espalda consiguió moverse lo suficiente para buscar en el cajón de su escritorio un analgésico. Aquello no era nada bueno, ¿se habría hecho alguna lesión de verdad? Apenas quedaban unos días del Campamento y no quería que lo mandaran a casa, o peor, a un hospital. No quería perderse el final de aquel evento tan divertido.

Se acercó con paso tembloroso a la ventana y miró hacia el exterior, la luz azulada de la luna bañaba de plata la hierba y daba al lugar un aspecto místico. Se secó el sudor de la frente, a pesar de que su ventana estaba abierta no corría ni una brisa de aire. Necesitaba moverse para que su espalda volviera a la normalidad, no iba a poder dormir de nuevo de otra forma.

Salió de la habitación en silencio, sin hacer ruido con sus pies descalzos. Bajó las escaleras y salió del edificio con grandes precauciones para no ser descubierto, salir después de la hora de acostarse estaba completamente prohibido. Pero él necesitaba caminar, solo se acercaría al prado de hierba al lado de la pensión, no haría nada imprudente.

En cuanto salió notó una brisa nocturna acariciar su piel, aliviando parte del calor que sentía. Fudou era un muchacho caluroso, incluso en invierno apenas llevaba más que unos pantalones cortos y una chaqueta algo más gruesa de lo normal cuando no usaba el uniforme escolar. Aquello molestaba mucho a alguno de sus amigos, como Kidou, logrando que el castaño incidiera más en ese tipo de ropa por el mero placer de fastidiarle.

Se movió en círculos durante al menos media hora para que su espalda fuera recobrando la flexibilidad que le correspondía, dejando poco a poco de estar rígida como un tablón. Se dejó caer sobre la hierba, no podía dejar que nadie lo supiera. Cuando volviera a Inazuma, si seguía doliendo, ya iría a hacerse un chequeo.

Le pareció oír unos pasos a lo lejos, pero no se giró, creyendo que habría sido algún animal nocturno, quizá un zorro, porque... ¿quién más sería tan imbécil de salir a esas horas de la noche?

"¿No puedes dormir Fudou?"

El muchacho dio un bote en la hierba que hizo que tuviera un nuevo espasmo de dolor.

"¿No sabes avisar o qué? ¡Casi me matas del susto!"

Kidou soltó una risita y Fudou bufó, respondiendo a su pregunta.

"No soy el único al parecer."

"No, no lo eres."

Kidou se sentó a su lado y permanecieron en silencio, Fudou intentaba calmar su corazón después del susto, pero era en vano, estando tan cerca de su amigo no lo lograría. El estratega llevaba el cabello suelto y una brisa esporádica lo meció.

Recuerdos [Kidou x Fudou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora