Recuerdo 15: Oxígeno

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Nota de Autor: Este capítulo me gusta mucho. Espero que os guste también.  Mañana comenzaré a subir una historia nueva. La verdad es que se nota mucho el cambio de estilo al escribir desde estos capítulos que son de hace más de un año a los de ahora. Aún así los comentarios y los likes se agradecen siempre mucho =D

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Fudou Akio desayunaba con apetito voraz, por alguna extraña razón aquel día sentía un hambre inmensurable, cuando se acercó a pedir que le rellenaran el tazón de arroz por tercera vez Kino lo miró con preocupación.

"Si sigues así no vas a poder moverte luego."
"Déjalo que coma, tiene que crecer," se rió una chica más mayor de cabello anaranjado y un lazo en la cabeza, Nonomi, solía trabajar con la madre de Utsunomiya pero se había ofrecido para ayudar en la cocina durante aquel campamento.

Él volvió a su asiento, no habían bajado todavía muchos compañeros, de hecho en aquel momento solo diez de los más de setenta jugadores estaban en el comedor. Kabeyama estaba ahí, siempre era de los primeros en bajar a desayunar y de los últimos en marcharse.

Un chico bajito que llegó en aquel momento se sentó al lado de él con su bandeja.

"Buenos días, Fudou."

"Doumen," gruñó él con la boca llena.

El compañero de Teikoku se rió y empezó a dar buena cuenta de su desayuno.

El comedor empezó a llenarse con el ruido de las voces animadas de los adolescentes, y el muchacho se quedó pensativo. El Campamento de Fútbol estaba siendo extraordinariamente divertido. No solo podía pasar mucho tiempo con sus amigos sino que podía practicar una de sus actividades favoritas, irritar a la gente que le caía mal.

El lugar donde se quedaban era espectacular, se trataba de una pensión con habitaciones individuales para cada uno de ellos. La última planta era para las chicas, los chicos tenían prohibido subir a ella. Él estaba en la segunda, pared con pared con Kidou. Cada habitación contaba con un espacio amplio con una cama, un armario ropero y un escritorio por lo que parecía prácticamente un hotel. Además, y aquello era lo que más emocionaba a la mayoría, contaba con una gran piscina en las instalaciones.


Todas las mañanas, a las 8:30, los chicos eran agrupados en seis equipos aleatorios y debían jugar partidos de media hora contra los demás equipos. El equipo que perdía de cada encuentro debía realizar un corto entrenamiento-castigo antes de seguir con el siguiente partido. Y el que perdía por más puntos cada día recibía un castigo especial, que muchas veces consistía en fregar las cocinas después de cenar.

Después de comer, de 12:00 a 13:00, hacían una corta pausa para la digestión, continuaban hora y media más con entrenamientos especiales según lo que tocara cada día y después de las 15:00 tenían tiempo libre para disfrutar la tarde. El toque de queda eran las 19:00 de la noche, hora a la que servían la cena. Aunque muchos días volvían a dejarlos salir hasta las 22:00 o en el caso de que hubiera alguna actividad especial en el pueblo vecino, hasta más tarde.

Fudou alzó los ojos de repente, ya habían llegado casi todos sus compañeros; pero no veía a Kidou por ningún lado. Y él era siempre muy puntual.

"¿Dónde está Kidou?" preguntó sintiéndose mal de repente, esperaba que no se hubiera enfermado por la broma que acabó en accidente del día anterior.

"He oído decir antes al entrenador Kudou que Kidou está con fiebre y que pasará el día en la cama," informó Kogure, luego con una risita característica suya continuó. "Parece que tu broma le pasó factura."

Recuerdos [Kidou x Fudou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora