VI

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Seguimos nuestro camino. Yo iba adelante junto con Todoroki, iba al pendiente de mi compañero por si en algún momento llegase a despertar.
Vimos desaparecer a una chica rubia entre los arbustos y encontrarnos con Uraraka y Tsuyu.

Miré detrás de mí. No hay nadie. No está Bakugo. No está Tokoyami. ¿A dónde demonios fueron? No pudieron haberse ido así como así.

¿Por qué esto me trae malos recuerdos? Es como si... Esto lo hubiera vivido anteriormente... Cuando era niña y buscaba algo, buscaba a alguien y jamás lo encontraba porque esa persona... Había muerto. Habían muerto. El miedo me volvió a invadir como ese día y ahora me encuentro sola. Podré estar con los chicos de la clase A y Tsuburaba pero... No son mi tío. No son Hizashi. No son mis papás.

— Acabo de usar mi magia para tomarlo — habló una voz masculina —. Alguien como él, no tiene ningún asunto del lado de los héroes... No cuando tenemos un escenario para que brille aún más.

Dirigimos la mirada hacia la rama de un árbol. Un villano enmascarado se encontraba de pie con dos pequeñas piedras de cristal. Bakugo y Tokoyami están ahí.

— ¡Devuélvelo! — exclamó Izuku. Sin perder el tiempo, me lancé contra el villano para atacarlo. Todoroki formó una pared de hielo cuando vio que el villano me iba a atrapar con su rayo. Quedé de cuclillas sobre la rama.

— ¡Regresa a Bakugo! — exclamé.

— ¿Devuélvelo? ¿Regresa? Esa no es una buena elección de palabras — dijo aquel sujeto y yo, toda impulsiva, brinqué la pared de hielo e iba detrás de él.

Comenzó a avanzar a gran velocidad mientras que yo seguía saltando en las ramas para alcanzarlo mejor. 

No se los pueden llevar. Simplemente no. Además de que son alumnos, son los estudiantes de mi tío y me pidió que los llevara a un lugar seguro. No puedo fallarle. Yo tampoco puedo fallarle.

Seguí detrás de ese sujeto, intentando ocultarme entre los árboles para que no me viera tan cerca de él. Pero, de un momento a otro, veo que cae al suelo con un Izuku, Todoroki y otro chico sobre su espalda. Habían llegado con el resto de los villanos, entre ellos, Dabi y Twice y la chica rubia que se encontraba con Tsuyu y Ochako. Vi que Dabi les iba a lanzar una llamarada, así que me aproximé a él para darle un zarpazo en la cara. 

— ¡No se van de aquí hasta que devuelvan a esos muchachos! — dije firmemente. 

— Mocosa del demonio — le di una patada en las costillas al verlo distraído cuando tomó su mejilla con la herida. 

— ¡Un gato! — exclamó la rubia — ¡Me gustan los gatos! ¡Vamos a jugar, minino!

Dejé que se acercara con sus cuchillos para yo esperarla con una patada en la muñeca, haciendo que soltara uno de ellos. Giré sobre mi mismo eje y le pegué otra patada en las costillas. 

— ¡Compress! — exclamó Twice, y antes de que pudiera reaccionar, dejé de ver la claridad. 

Todo está oscuro. ¿Dónde estoy?

[...] 

Lo miré. ¿Una mano sobre su rostro? ¿Quién demonios debe de estar tan trastornado como para tener algo así? Bueno, no puedo decir mucho del sujeto que tengo a mi lado; tiene grapas en la cara, en las manos y cicatrices en su cuerpo...

Estos sujetos son muy masoquistas. Qué miedo.

— Aizawa Saori — mencionó mi nombre —. Bakugo Katsuki. Es todo un honor tenerlos aquí.

— ¿Dónde estamos? — pregunté. Tengo la mala costumbre de no quedarme callada. Por eso mi tío me castiga con no jugar videojuegos.

— Esa es información clasificada — contestó. Hice una mueca —. Nuestro plan inicial era traer solamente a Bakugo, pero al ver tu destreza y ese potencial, decidimos traerte también.

— Ajá... 

— ¿Para qué nos trajeron aquí? — preguntó Bakugo, estaba molesto. 

— Para darles la bienvenida a la Liga de villanos.

Mi tío me diría que soy una tonta, pero Kendo y Monoma me dirían que soy valiente al no mostrarme docil ante sujetos como ellos. Me reí a carcajadas recibiendo una mala cara de parte de Dabi y de los demás villanos.

— ¡Qué buena broma! — exclamé — ¡¿Aún tienes más de esas?! 

— Veo que la gata quiere que le quemen la boca — dijo Dabi con la voz sin alguna emoción. Sonreí.

— ¿Cómo está tu cara? — pregunté engreída.

— El rasguño puede sanar — respondió —, pero las quemaduras que te haré ni en meses se borrarán.

— ¿Lo dices por experiencia?

Vi cómo tensó su mandíbula. Mantuve la sonrisa, esperando que me volviera a amenazar para responder pero se quedó callado. 

Estabamos viendo el noticiero, se encontraban entrevistando a mi tío, a mi profesor y al director. El sujeto de la mano en la cara no hacia más que sermonear respecto a los heroés y sólo me está aburriendo. 

— Oye, ¿tú no te cansas de tu propia voz? — pregunté y guardó silencio. Las cintas que tengo en mis antebrazos me están molestando, me duele, seguramente me sujetaron más fuerte que a Bakugo gracias a mi Quirk que mi fuerza física incrementa —. Digo, tu físico no ayuda mucho, así que tu voz es un martirio.

— Niña, ¿no te enseñaron a respetar? — preguntó.

— Sólo con quien se lo merece.

— Todos merecemos respeto.

— ¿Un asesino merece respeto? ¿Un secuestrador? No, ¿verdad?

— Saori — habló Bakugo. De lo molesta que estaba me había olvidado que él se encontraba aquí —. Deja de hablar a lo idiota. 

— No te preocupes, Bakugo — sonreí orgullosa. Lo hago para bajar mis nervios, porque comencé a sentir la tensión entre ese sujeto y yo y que en cualquier momento me iba a atacar —. Yo te cuido. 

— ¿Tú? — preguntó dudoso — ¿Y cuántos más? — torcí la boca.

— Hablo en serio, idiota — respondí molesta, mirándolo. Se limitó a mirarme aturdido.

— Aizawa Saori — habló un sujeto de aspecto de reptil. Me limité a mirarlo —. Stain sólo sentía admiración por tres héroes y entre ellos se encontraban tus padres.

El hablar de ellos sólo hace que la sangre me hierva de coraje y más si un villano los menciona con toda la libertad. 

— Ah, sí... Raven y Lionelle — mencionó sus nombres de héroe y sólo quiero zafarme de estas correas para rasguñar su cara y dejarlo sin facciones —. Todos cometemos errores y el de ellos fue continuar con la batalla cuando sabían que tenían desventaja, sabiendo también que tenían una hija de 10 años que se encontraba presente en ese momento. Últimamente a los héroes se les juzga mucho por cometer errores. 

Sabían que estaba ahí porque nos encontrábamos de paseo ese día y aún así, fueron a ayudar a All Might. No estoy molesta con ellos, no estoy molesta con All Might, estoy molesta porque la vida fue muy injusta y no me dejó despedirme de ellos. Me hundí en mis propios pensamientos que ignoré completamente sus palabras. Miraba fijamente la punta de la bota de Dabi. Es de color negro, como la capa del traje de héroe de mi mamá, la que usé cuando me quedé toda una noche... Dos noches... Tres noches... Cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez noches esperando su regreso. Esperando verlos entrar por la puerta y verlos con bien. La usaba como manta para cubrirme del frío y, a día de hoy, sigue teniendo su aroma.

El fuerte estruendo me hizo volver en si. Fue Bakugo a quien desataron y atacó a ese sujeto, le había tirado del rostro esa mano que llevaba puesto.

— En mi presencia, el tema de los padres de Saori no se vuelve a mencionar — comentó él con firmeza. Me daba la espalda, por lo tanto, no miró mi sonrojo y mi expresión de asombro. 

Y sin pensarlo y por más loco que se oiga, ese día agradezco haber sido yo quien fue atrapada junto con él... Porque conocí a la mejor persona que el Universo me pudo dar.

Bad Liar; Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora