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Caílin

Hoy me despierto de nuevo agotada, aunque si que estoy más emocionada que ayer. Puede sonar ridículo, pero la pequeña charla que he tenido con Milers, el tulkum de Etza, me ha ayudado algo. O puede que no sea eso, quiza simplemente es el hecho de sentir que alguien se preocupa por mi. Prefiero no pensarlo demasiado.

Cuando salgo de mi mauri hacia la gran sala para desayunar con mi familia me encuentro a Frida, una navi de mi edad cuyo novio murió en la batalla. Ya ha pasado una semana, pero la tensión en la aldea sigue siendo notable.

En las leyendas solo se habla de las victorias, como si eso ya hiciera poderoso al pueblo y todo lo demás dejara de importar. Nuestro pueblo ha ganado, teniendo en cuenta las condiciones de la situación todos deberíamos estar orgullosos, creo que varios lo estamos, lamentablemente eso no quita el hecho de que varios han perdido padres, hijos, parejas, amigos...

Es por eso que a varios no me atrevo a sostenerles la mirada, yo soy una persona bastante rencorosa y por eso entiendo que varios me puedan odiar. Cuando ella me sostiene la mirada solo soy capaz de mirar al suelo y acelerar el paso.

Es de muy mala educación por mi parte, lo se.

Cuando eramos pequeñas solíamos ser buenas amigas, sin embargo a partir del año pasado dejamos de hablar por una discusión tonta, a veces la hecho de menos. 

Debido a mi rapidez tardo poco en llegar donde está mi familia, mama me sonrie y me siento a su lado.

- ¿Por qué no me habéis despertado? Se me ha hecho súper tarde- pregunto

- Mi idea era hacerlo, pero cuando te he visto tan dormida he pensado que sería mejor que descansaras un rato.

- Vale mama, pero mira- digo señalando a mi alrededor- no queda casi nadie aquí, debería estar despierta hace horas. Se van a pensar que soy una vaga.

- Que más da- contesta restándole importancia con la mano- Es mucho más importante que tú estés bien a lo que una panda de amargados opine.

- Valeee, gracias mama, pero...

- Estos días has dormido mal y por un día que no es así no pienso ser yo quien te lo impida- me corta-  Lo siento si te ha molestado, aunque no me arrepiento.

- ¿Te he dicho ya que eres un poco insoportable?

- Pues soy tu madre, asi que más te vale que no.

Me limito a poner los ojos en blanco y acercarme a la mesa a por un poco de comida, aunque tampoco es que tenga mucha hambre.

Al volver a la mesa me siento en el primer asiento que tengo libre, que resulta ser al lado de mi hermano.

- ¿Vas a ir a la fiesta de la semana que viene?- me pregunta

- ¿Que fiesta?

- Han dicho que van a celebrar una fiesta en la playa.

- Pero... ¿todos?

- Esa es la idea si.

Me sorprende un poco que sea él quien me diga esto. Siempre me ha mantenido muy separada de sus amigos, o de su vida social en general, y en cuanto le quiero preguntar alguna clase de cotilleo él solo me ignora. También me sorprende el hecho de hacer una fiesta todos juntos, nunca se ha hecho ninguna, lo normal es que cada uno lo haga con su grupo de amigos y poco más.

- Pues no me había enterado. ¿Tu tienes pensado ir?

- A Ayana le hace bastante ilusión, así que supongo que si.

- No se, la verdad es que tampoco veo muchos motivos para celebrar.

- ¿Como que no?- me pregunta girandose hacia mi- ¡A mi que estemos vivos me parece una buena razón!

Nueva Líder - Avatar 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora