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Caílin

No sé que es lo peor si el inmenso dolor de cabeza que tengo o las ganas de enterrarme viva.

Muchas veces la gente después de una buena borrachera no se acuerda de nada. No os imaginais lo que desearía no acordarme de lo que pasó ayer.

Tengo una mezcla de sentimientos dentro que me atontan y me confunden. Siento miedo, vergüenza, tristeza y enfado. Es enfado hacia mi, en ningún momento debería haber hecho eso. Pero también es enfado con Etza.

Tengo claro que no pienso salir en todo el día de la cama.

Pasa una semana en la que cada vez que veo a Etza a lo lejos cambio de dirección. No me apetece verle, tampoco he ido a ningún entreno últimamente.

Me siento estancada. En los estrenos no avanzo o eso me parece, sigo cometiendo los mismo fallos tontos de siempre, vuelvo a no tener ganas de comer, llevo días sin hablar con el tulkum de Etza, lo que hace que ya no me pueda desahogar como antes.

Ahora lo único que me queda son los paseos en ikran para lograr despejarme y las charlas con Aslan. Aunque tampoco le he visto mucho en esta semana.

Estoy yendo a comer cuando me encuentro con Etza entrando, realentizo el paso para que no me vea, y lo logro.

Cuando considero que ha pasado el tiempo suficiente entro y me siento con mi familia.

Esta tarde decido variar un poco y cambiar el paseo en ikran por uno en ilu. Salgo del arrecife y me quedo en un islote que me enseñaron mis padres cuando era una niña. Hecho de menos a Twix, con él me sentía menos sola.

La tarde se me pasa relativamente rápida mirando el mar, creo en algún punto me he quedado dormida, pero tampoco estoy segura.

Empiezo a llamar a mi ilu para irme, el eclipse ya está empezando. Entonces escucho un ruido detrás de mi, al principio me tenso un poco pensando que es cualquier animal, pero no, es Etza.

Suelto un poco de aire aliviada aunque deseo que un ilu llegue rápido para poder irme antes de verme obligada a hablar con él.

Como si me leyera el pensamiento empieza a hablar.

- ¿Que haces aquí?

- Nada- me limito a responder.

Escucho que suspira.

- No nos hemos visto en toda la semana. - empieza con voz suave

Me limito a encogerme de hombros.

- Milers me ha dicho que tampoco te ha visto en toda la semana.

Tengo la impresión de que ahora está más cerca que antes, porque cada vez su voz es más clara.

- Es cierto- respondo.

- Deberias hablar con él.

- Ese no es tu problema.

Estoy segura de que si me hubiera girado para mirarle me encontraría con una clara expresión de decepción.

- ¿Cuando vas a dejar de ser así?- pregunta en voz tan baja que no se si es para él mismo o para mi.

Me giro ofendida.

- Tu no eres nadie para decirme como tengo que ser. - empiezo cabreada, pero luego me relajo- Mira siento lo de la semana pasada, no debería haberlo hecho.

Abre la boca para decir algo, pero le interrumpo y sigo hablando.

- Agradezco que me dejaras hablar con tu hermano, pero ya está, estoy bien. No quiere verle más, y tampoco quiero verte más a ti.

Nueva Líder - Avatar 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora