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Caílin

El vuelo dura unos dos días, antes tardabamos más pero con los años hemos aprendido caminos más rápidos.

Natán y Kiri van en un mismo ikran, Lo'ak y Tsireya en otro, Aounug y Betia, Bilal y Ayana, Neytiri con Naxa, Tuk con Casey, Rodin conmigo, Wila con el abuelo y mama, papa, Neftali y Raizel solos.

En cuanto llegamos varios navis se acercan a saludarnos, yo no tengo ningún amigo amigo aquí, pero mi padre y se alegra mucho de verlos.

Entre ellos aparece Spider, él era un humano, muy cercano a la familia de mi padre. Pero por lo que me dijeron regreso para hacerse un avatar, entiendo que no se sintiera del todo cómodo siendo humano entre los metcayinas, aquí es mucho más común. Creo que tenia pensado volver en cuanto se adaptara a su nueva vida como navi, pero conoció a una chica y se termino quedando aquí y teniendo hijos con ella, que ahora son apenas unos bebes de dos y tres años.

- ¡Bro cuanto tiempo!- saluda papa

- Neteyam hermano, te he hechado de menos- le contesta Spider

Están así durante un largo rato, hablan de viejos recuerdos y de las cosas nuevas que han pasado, a pesar de que hablan todos los dias con sus aparatos.

Cuando llegamos donde Mo'at ésta nos abraza y nos deja casi sin aliento, se pasa la mayoría del tiempo con Rodin, al final es a la que más se la notan los años.

Después de pasar un rato todos juntos lo que más me apetecia era dar una pequeña vuelta.

- Mama voy a dar una vuelta- la dije

- Esta bien, ten cuidado

Empecé a darme la vuelta para irme.

- Si mami

- No vuelvas tarde

- Que si

- No te alejes

- Vaaleeee

- No hables con extraños

Solte un suspiro un poco cansada, esto parece una broma.

- Creo que lo he pillado

- No ignores a tu madre

Me di la vuelta para mirarla y cruce los brazos para darme una mayor seguridad.

- ¿No crees que ya soy mayorcita?

Aunque pensaba que eso iba a terminar de convencerla no lo hace, se acerca a mi, me revuelve el pelo y me da un largo, demasiado largo, beso en la mejilla.

- Nunca serás lo suficientemente mayor

Pongo los ojos en blanco por última vez y me vuelvo a ir.

Lo primero que hago es subirme a una rama, al principio voy rápido, casi corriendo, pero cuando ya me alejado lo suficiente decido ir más despacio y prestar atención a cada pequeño detalle.

Los animales, el sonido de sus rugidos, las plantas o hasta el simple sonido del viento pasando entre los pequeños agujeros de los árboles y simulando un silbido hacen que sonria.

Sin pensármelo mucho me tiro por un pequeño acantilado, debajo hay grandes hojas de las que me puedo agarrar, así que no me preocupo demasiado. Me lo enseñó papa cuando era pequeña, estoy segura de que mama no lo sabe o le caería una bonita charla.

Cuando sigo mi camino, esta vez por el suelo, me detengo al ver algo brillante por el rabillo del ojo. Al acercarme veo que es una flor, una diferente a la que vi en la cueva, pero con el mismo tamaño y brillo.

Nueva Líder - Avatar 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora