𝑫𝒂𝒓𝒌 𝑴𝒂𝒕𝒕𝒆𝒓 (𝑻𝒓𝒂𝒅𝒖𝒄𝒊𝒅𝒐)

XIX

Notas:

Estoy sacando la ciencia de los cómics de cierta parte de esto. Estoy seguro de que los físicos que tropiecen con este fic lo sabrán.

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Los sueños de Peter son, como de costumbre, asuntos vívidos que no recordará con claridad. Está caminando sobre un puente casi invisible suspendido en el aire. Camina junto a un dios muerto, siguiéndolo hacia una tormenta negra. Loki está pensativo y retraído, y Peter está confundido. Esto no se parece en nada a sus sueños habituales. La mayoría de sus sueños en estos días lo involucran escabulléndose por callejones y tejados, evadiendo panteras, halcones o lobos. Ni siquiera está seguro de que eso sea correcto; los sueños parecen funcionar más en el simbolismo que en la realidad a veces.

—¿Has pensado en lo que te ha pasado? —Loki pregunta finalmente, rompiendo el silencio. Sus palabras atravesaron el viento y la lluvia.

—¿Qué? —pregunta Peter.

Loki dirige una mirada divertida a Peter.

—Has muerto. Algunas pocas veces, de hecho, aunque no creo que las recuerdes bien.

—Bueno, sí —dice Peter, metiendo las manos en los bolsillos. Hace una pausa, frunciendo el ceño—. Espera. ¿Unas pocas veces?

—Creo que la cuenta final fue cuatro, aunque admito que perdí la cuenta después de cierto punto. Se estaba volviendo bastante tedioso. Tus captores fueron incapaces de manejar la máquina que crearon —dice Loki—. Todos lo presenciamos.

Peter no está seguro de qué hacer con eso. Está muy seguro de que no quiere pensar mucho en eso, y se aleja de las pesadillas medio recordadas de una máquina llena de líquido verde que persisten en los bordes de su mente. En cambio, se enfoca en seguir a Loki a través del camino del arcoíris parpadeante, observando las vistas y los sonidos de este extraño lugar. El aire es gélido; frío en la forma en que el aire se vuelve justo antes de que se desate una tormenta. Las nubes de arriba retumban amenazadoras, girando violentamente, con retumbos distantes de truenos seguidos de breves destellos de luz dentro de ellas.

Loki lo observa por el rabillo del ojo, claramente esperando que Peter responda. Peter suspira.

—¿Entonces?

—Hay consecuencias por eso. No se te permite morir y volver igual. Ciertamente no he sido el mismo después de cada muerte —explica Loki, usando un tono que uno guardaría para un niño particularmente lento. Peter frunce el ceño, molesto—. Eso vale el doble para una criatura mortal como tú. Si no fuera por la gema y los demás, no serías más que una bestia herida y enloquecida.

Peter considera eso. ¿Es por eso que su temperamento ha estado tan irritable últimamente? ¿Va a empeorar? ¿Ha estado empeorando? Él no puede decirlo.

Loki hace una pausa por un momento y luego agrega:

—Bien. Con la excepción de la Pantera, quizás. Los reyes son casi siempre la excepción, ¿no? Y parece un buen rey. Uno que nutre en lugar de conquistar. Me hubiera encantado verlo conocer a mi padre.

—No tengo idea de lo que estás hablando —dice Peter—. ¿A dónde vamos?

—A visitar a mi hermano —dice Loki, como si eso fuera posible en lo más mínimo—. Tiene sueños proféticos. Destellos de cosas por venir. Un regalo de nuestra madre, y uno desperdiciado en él, si me preguntas.

—No lo hice —dice Peter.

—Estás en mi alma, araña, no puedes contradecir mis opiniones —responde Loki secamente.