~El lazo que guío mi destino~

~¿Compromiso?~

Letio, tenía su misma cara desagradable de siempre.- Ignis funcio el ceño con claro enojo y vio algo que le desagrado aún más.

Por la ventana se podía observar como tomaba la muñeca de Selena y se acercaba a ella con una mirada tétrica.

Esto le desagrado demasiado a el punto de perder el control y sacar a flote sus poderes demoníacos, haciendo que bajara rápidamente por la ventana.

*** Unos momentos antes ***

Selena quería regresar lo más pronto a su casa, estaba pensando en que Celestine estaría preocupado por su repentina desaparición, se dispuso a irse del palacio hacia su hogar. Llegó una persona que no quería ver en ese momento, Letio.

-Sir Selena que gusto verla aquí, pensé que se había marchado y no volvería me alegra verla aquí.

-Uhg, sir Letio, en este momento estoy algo apurada, entonces me retiro...

Derrepente el agarro con fuerza su muñeca para evitar que se fuera y dijo-

-Sir, ¿Qué es esa marca en su cuello?- se acercó demasiado, ella solo dio un paso atrás sin poder soltarse.

Selena tenía una camisa larga de cuello, la marca tan solo se persivio un poco.

'Este maniaco...'

-¿Ese maldito te hizo algo?- dijo mientras se acercó aún más y Selena solo retrocedía.

-No creo que deberías referirte de esa forma al Emperador, ahora suéltate.- Forcejeo su mano.

-Sueltala.- Dijo Ignis mientras sostenía con intención de arrancar la mano de Letio mientras la apartaba de Selena.

Ignis solo uso su poder para bajar lo más rápido que pudo ya que sabia que a Selena no le agradaba que los utilizará.

-Nos vamos.- Tomó la mano de Selena para llevarla nuevamente al palacio.

-Eh, ¡Su majestad tengo que ir-

-Dije que nos vamos.

-Su majestad no creo que sea correcto obligar a una persona a donde claramente no quiere ir.- dijo con firmesa.

-Recuerda tu posición, aparte... ella es mi prometida, auque no te tendría que dar explicaciones. -Dio la vuelta y llevo a Selena arrastrando.

-Agh- Gruño Letio ante ta comentario y sin poder hacer nada.

***

¿¡Prometida!? ¿¡A quien se lo consulto!? !por que a mi no fue!- Ardía de enojo.

-No nesesito el permiso de nadie, soy el Emperador y puedo hacer lo que se me de la gana.

-¡Ah! ¡Sabía que estaba loco pero no espere que tanto!

-Iré a donde Celestine, no quiero que se preocupe, a si que si me disculpa.

-No te preocupes, envié al elfo a tratar a tu padre, el explicara brevemente porque estás aquí.

Se acercó rápidamente a ella acorralandola contra una pared.

-Además acabas de Insultar a tu Emperador, se considera traición, mereces un castigó por eso.- dijo mientras disminuía la distancia entre ellos observándola con los grandes ojos que reflejaban dos rubíes llenos de deseó y brillaban ante tal tentación, en ellos se reflejaban los ojos de ella que eran como un mar puro, así azul y rojo se conectaron.

Selena estaba a punto de seder pero reaccionó.

-¿Qué? ¡N-no! Iré a tomar una ducha...

Así fue como esquivo a Ignis y se fue rápido al baño.

***

En el baño Selena estaba repasando todo lo que había sucedido desde que llegó nuevamente al palacio.

'Primero Ignis me lleva a la fuera y... si, luego Letio me acosa y le falta al respeto a Ignis el Emperador y después Ignis me pide, más bien, me dice que nos vamos a comprometer y envia al elfo a casa, ugh, que complicado es todo.'

...

'Tal vez debería tratar de escapar... Pero no serviría, si me encontro una vez me encontrara las demás veces, ¿Por qué esta tan obsesionado conmigo?'

Empezó a sentir como se oprimía algo dentro de su pecho y empezaba a later rápido su corazón, haciendo que sintieran una sensación que desconocía y se sonrojara haciendo que su temperatura corporal subiera.

'Ah, siento esto cada vez que pienso en el pero, ¿Por qué? No quiero sentirlo y menos averiguar que es...

Luego nuevamente observo la mordida de la noche anterior que aún permanecían en su piel, haciendo así que se sonrojara aún más.

Alguien empezó a tocar la puerta.

-¡Ah! S-si ¿Quién es? 'Me asuste.'

-Ah, si señorita, su majestad me ordenó que le entregará estas prendas para que se cambiará.

-¿Si? ¡Salgo enseguida!

-Tómese su tiempo.

Selena tomó una toalla agarrándose al pecho, abrió la puerta, resivuo la ropa y agradeció a la criada, luego cerró la puerta nuevamente.
Era una pijama de seda, era de un color azul cielo, era algo corta, mostraba sus piernas y parte de su pecho, pero venia con una bata larga blanca sin manchas ni rasguños. Era algo imposible qe algun día comprara.

Cuando salio del baño vio a Ignis revisar  algunos papeles, con sus gafas puestas como siempre que trabaja.

Selena observaba sus ojos de rubi bajo las gafas, su piel blanca, su cabello plateado con la luna reflejando se veía brillante como la luna misma, Ignis guió sus ojos hacia ella e hicieron contacto visual, a lo que Selena solo reaccionó desviando la mirada y sonrojandose un poco e Ignis solo sonreía con ternura al ver tal gesto.

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