𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎ㅤ★ㅤ𝟏𝟏

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📍  ; California  | San Francisco

No entendía nada, ya nada sobre lo que pasaba a mi alrededor pero si sentía las miradas fijas hacía mi reacción, todos los presentes se habían quedado callados y yo solo podía escuchar como Claudia y Matías se estaban besando en frente de mis narices sin ningún descaro o remordimiento, intentaba no llorar aunque mis ojos se humedecieron por las lágrimas. ¿Que debía de hacer? Pegar a Matías.. reclamar a Claudia.. hacer alguna escena estúpida que capaz podría salir mal.
Los dos se dejaron de besar, mirándose mutuamente con lujuria pero sin alguna pizca de amor, lo raro es que Claudia todavía no se percato de mi presencia o de la escena que estaba haciendo delante de los invitados de Melissa; entonces ví como Matías sonreía con orgullo a los demás hasta que me miro pero esta vez parecía burlarse de mi por su mirada egocéntrica, Claudia de su parte no entendía lo que pasó a la reacción de Matías que solo lo ignoró mirando a los invitados con una sonrisa penosa, nuevamente hasta que me miró su cara se volvió palida por el susto y vergüenza.

— Chloe.. — se alejo rápidamente de Matías quien solo disfrutaba de la escena.

— ¿Acaso no tenías permiso para ir a la fiesta? — pregunté incrédula suspirando, decepcionado y con un nudo en la garganta que quería gritar y desfogar mi ira, el efecto del alcohol había desaparecido al instante por lo sucedido, sin entender aún nada.
Claudia se acercó a mi, agarrándome del brazo preocupada esperando a que dijera algo, pero no podía, me encontraba en shock si se podría decir así.

— Perdón.. yo.. sabes como es Matías.. mierda, es que desde hace un mes él y yo mantuvimos comunicación después de tu partida a Alemania, estaba triste por tu partida así que me mantuve con él para consolarlo, pero llegamos a este extremo y yo... No sabía como parar. — dijo entre llanto esperando a mi reacción pero solo la miré a los ojos, con algo de asco.

— Suéltame.. — ella me soltó al instante resignada. — No me vuelvas a hablar en toda tu vida. — fue lo único que dije yéndome del comedor y escuchando murmullos y risas, pensaba que estar en San Francisco iba ser espléndido pero no, fue todo lo contrario.
Detrás mío escuche un " ¡NO ME JODAS, TÚ NI LO AMABAS! " No, no lo habré amado pero eso no es justificación por la traición que presencié por parte de los dos, mientras caminaba por el largo pasillo para dirigirme a la salida de la mansión agarraba con fuerza la correa de mi cartera mordiendo mi labio inferior por los nervios hasta que salí, salí de esa maldita mansión yendo al auto, Georg, Gustav y Tom estaban dormido apoyados uno al otro, que tierno pero Bill no, estaba despierto con una cara de preocupado que cuando me vio esbozó su tierna sonrisa, una sonrisa que realmente necesitaba.

— Chloe, llegaste. ¿Dónde estabas? Estuve muy preocupado. — dijo Bill encendiendo el auto cuando me subí al auto. — ¿Y por qué estás llorando? —

¿Llorando? ¿Que? Miré desde el espejo retrovisor para verme y Bill tenía razón, estaba con el maquillaje corrido por las lágrimas que no me percaté, suspiré resignada pues de seguro estuve llorando mientras iba a la salida pensando en todo lo que pasó esa noche.

— Son.. cosas que no entenderías. — lo mire dando una pequeña sonrisa forzada.

— Uhm.. si quieres desahogarte, estaré para tí. —

Encendió el auto empezando a manejar y yo solo me mantuve callada ante toda la trayectoria de ida a casa, miraba los edificios y la noche con sus estrellas brillosas que me hacían recordar a la sonrisa de Bill, aparentemente las calles estaban vacías ese día lo que era raro porque siempre había tráfico sin importar la hora pero fue diferente ese día, podía sentir el aire chocando mi cabello y yo cerrando los ojos para disfrutar la noche, al menos lo que quedaba.
Sentía la mirada de Bill fija en mi, de seguro se estaría haciendo preguntas en su cabeza del porque vine con el maquillaje corrido, en serio me miraba muy mal. Me acomodé en el asiento del auto para voltear y mirarlo, él me miró de reojo dando una sonrisa.

𝐃𝐑𝐄𝐀𝐌𝐈𝐍𝐆   ||  Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora