III

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La mañana del lunes había llegado, y como cada mañana, Sunoo maldecía.

Odiaba tener que levantarse temprano.

Una vez se alistó, espero a Jungwon, cada mañana solían ir juntos a la universidad, era una costumbre que tenían desde la preparatoria. Minutos después el de ojos gatunos estaba tocando el timbre, caminaron juntos hasta la parada de autobuses, y de ahí hasta la puerta de la universidad, separando sus caminos por la diferencia de sus clases.

— ¿Sabes que es lo que más odio de la universidad? — Jake, quien se había topado con sunoo camino a sus clases, habló — Que todos tienen pareja, y andan ahí agarrados de la mano por los pasillos, o si no los vienen a recoger para babearse la cara, tantito pudor.

— Mejor di que estas celoso por qué tu no tienes pareja — Sunoo rió.

— Tampoco tú, además no estoy celoso, si algún día consigo a alguien, jamás seré así — Jake asintió repetidas veces.

— Como sea, nos vemos en el almuerzo — el pelirrojo se despidió de su amigo para entrar a su salón.

Como todos los días, fue aburrido, cansado, y estresante, realmente Sunoo había considerado varias veces dejar l escuela y buscar alguien que lo mantuviera, para solo preocuparse por ir a los pilates y desayunar todos los días con sus amigos ricos mientras critican a las parejas de sus hijos, y hablan sobre la escuela cara y a que país irán el próximo fin de semana de vacaciones, pero ahí seguía, cargando una mochila en la espalda mientras esperaba a Jungwon y Jake.


— Ya vine, ¿y Jungwon?

— Aún no llega.

— ¿Iremos a algún lado después de aquí? — Sunoo negó.


— ¿como fue con tu proyecto?


— Me fue bien, al profesor le gustó — Sunoo celebró junto a Jake.


— Perdón, me quedé haciendo algo, ¿vamos? — los dos chicos asintieron ante la pregunta de Jungwon.

Como de costumbre caminaron juntos a la salida de la universidad.

— Miren que auto tan lindo y lujoso, ¿a quien vendrán a recoger? Tendrán un hermano, para que me lo presenten — Jake comenzaba a hablar a cerca de un lindo auto estacionado cerca.


— Jake, deja de decir tonterías — Esta vez fue Jungwon quién lo regaño.


— Sunoo — los tres amigos giraron su rostro hacía la voz proveniente.

— ¿es a mi?, no, no creo seguro es otro Sunoo.

— Kim Sunoo — Sunoo siguió ignorando — El de el cabello rojo. — Esta vez si giró su cabeza.

— ¿yo?

— Si tú.

— ¿Quien es ese? — Esta vez Jake cuestionó.

— No se, trae gorra, lentes, y cubrebocas, ni idea — aquel desconocido encendió el auto acercándose a los tres amigos.


— Sube, te llevó

— Ni te conozco

— Soy Riki — el pelinegro quito los lentes y cubrebocas de su rostro, mostrando al pelirrojo.

— Ahh, pero voy con mis amigos.


— No importa, también los llevó. — Sunoo dudó un poco, conocía a Riki de apenas un día, podía ser famoso, pero no sabía sus intenciones reales.

— Si Sunoo vamos — Esta vez Jungwon lo alentó.

Los tres chicos subieron en la parte trasera del auto. Así Riki dando comienzo a su camino.

— ¿Cómo sabes en qué universidad estudio? — Sunoo fue el primero en hablar.

— Cuando estuve en tu casa, de casualidad encontré tu gafete de la universidad y recordé, así que quise venir por ti en agradecimiento a lo de ese día — Riki mentía, realmente había tomado foto para ir "casualmente" por Sunoo y volverlo a ver.


— Aquí hay algo que no me han contado — Jake susurro a ambos amigos.

— Es un pequeño detalle, te lo contaré después — Jake suspiró ante el "después" el quería el chisme lo más pronto posible.


— Listo, llegamos al primer destinó — el auto de Riki se estacionó enfrente de una linda casa.


— Si, yo bajo aquí — Jake abrió la puerta bajando del auto — Gracias, ¿como te llamas?

— Riki

— Gracias Riki, adiós chicos — el castaño corrió a su casa despidiéndose de sus dos amigos.


Varios minutos después Jungwon bajo en su destinó, quedando solo Sunoo y Riki. La casa de Jungwon no estaba muy alejada de la de Sunoo, así que no tardaron mucho en llegar.



— Gracias, no debiste molestarte — Sunoo hablaba mientras bajaba de auto.


— No, no fue ninguna molestia — ambos quedaron en un silencio total, para nada incómodo.

— ¿Quieres pasar? — Sunoo no sabía por qué lo dijo, o por qué lo hacía, simplemente salió.


— Claro, no tengo nada que hacer — El pelinegro estacionó su auto, para después caminar detrás de Sunoo.

Se sentía un ambiente muy tranquilo y... lindo.







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Polos opuestos - Sunki-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora