Rubetria

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El segundo piso de la villa, Grace Hall.

La Compañía de Teatro Roland, invitada para la fiesta de hoy, presentó la obra [Muerte de Helga] en pleno apogeo.

Miré hacia adelante y me tragué la risa.

Ve a coquetear, idiota.

La cabeza rubia de Ricky se vio sentada junto a Lisbeth.

'Incluso si no lo abrimos, estaba claro que la nota que quedaba era la elección de Lucifer.'

Ricky, que había estado tratando de echar a Lisbeth, de repente tuvo que ser su compañero durante toda la fiesta.

—¡Simón...! ¡Mi sol!

Mientras tanto, la obra llegó a su clímax.

La voz de Sarah, quien interpretó a la protagonista femenina, Helga, llenó el silencioso salón.

Todos los aristócratas se concentraron en su actuación y no pudieron apartar los ojos de ella y contuvieron la respiración.

—¿No crees que el atuendo de la actriz se ve muy bien hoy?

—Tienes razón. El original era un poco demasiado llamativo. El nuevo traje encaja mucho más con el ambiente de la obra.

Dos jóvenes damas nobles frente a mí susurraron.

—El vestido que llevaba Sarah Hugo antes de subir al escenario tenía un diseño similar.

—Oh, ¿tú también lo has visto, señorita Seaton?

—Era la primera vez que veía el diseño, así que no pude evitar notarlo.

—Es un estilo elegante y maduro, así que lo sigo viendo repetidamente. Se ve muy delgado y...

Las dos chicas susurrantes se dieron la vuelta furtivamente.

Yo era la única que usaba un vestido con el mismo diseño que el de Sarah, así que no pudieron evitar preguntarse.

Ignoré las miradas de las dos chicas observando mi vestido con ojos de halcón.

—Rubetria.

Entonces alguien se me acercó en silencio y se sentó a mi lado.

Era Lilia.

—¿Estás loca? ¿Qué diablos te pasa?

—Shh.

Puse mi dedo índice sobre sus labios, diciéndole que se callara mientras trataba de alzar la voz con una cara de enojo.

—Mantén tus modales cuando veas una obra de teatro.

—¡Tú-! ¡Hmph!

Lilia, rechinando los dientes, finalmente acercó sus labios a mi oído y susurró.

—¿Por qué le haces esto a Ricky?

—Oh, ¿qué le hice a Ricky?

—¿Quieres hacerte la inocente? ¿No sabías que Ricky deliberadamente no quería invitar a la princesa Lisbeth?

—¿Oh? No lo sabía.

—Qué divertido. ¡Robaste deliberadamente una invitación para traerla de regreso e interrumpiste cuando estábamos a punto de enviarla a casa!

—Hmm, bueno...

—¿Pensaste en Ricky como tu enemigo?

Sin apartar los ojos del escenario, me reí.

—No lo sabía, pero puedo responder esa pregunta ridícula.

—...

—Por supuesto que es mi enemigo. Cuando pienso en todas las cosas que ustedes dos me han hecho hasta ahora, me despertaré incluso de mi sueño.