Respiré profundamente e intenté concentrarme en el movimiento nuevo que me había enseñado Kōshirō-san, el padre de Kuina.
Antes de que pudiera darme cuenta, las vacaciones de verano ya estaban llegando a su fin, tan solo quedaban dos semanas. Gracias al entrenamiento de (Tn), ahora tenía mucha más resistencia y fuerza, lo que me permitía trabajar más en la técnica. Y en lo que a técnica respecta, el mismo día en el que (Tn) se presentó al dojo para pedirle consejo a Kōshirō, él mismo se prestó voluntario para hacerlo en vez de ella, ya que él fue mi maestro hasta que decidí trabajar por mi cuenta. Ahora volvíamos a las viejas costumbres.
Hablando de ella, ahora mismo se encontraba en el jardín de aquel dojo que solía frecuentar más alumnos en el curso escolar. Kōshirō estaba detrás de mí, controlando mis movimientos. Sin quererlo, la vista se me fue al lugar en el que estaba (Tn). Se la veía deleitada por la novela que estaba leyendo. De repente, Kōshirō me pegó en la cabeza.
—¡Zoro! ¡Concéntrate! ¿Voy a tener que echar a (Tn) para que te concentres? —Me dio otro palazo en la cabeza, así, de gratis.
—¡Auch! ¿Cómo sabes...? —dije mientras me masajeaba la zona del golpe.
—Por favor no soy idiota, sé cómo la miras. —Ante sus palabras, me puse rojo de pies a cabeza. Solo esperaba que (Tn) no estuviera escuchando esto.
—No. No me distraigo, estoy muy centrado en mi meta. —murmuré, nervioso.
—Más te vale. ¡Ahora, a hacer las repeticiones! —Me dijo pegándome con el palo en la espalda, esta vez más suavemente.
Por fin llegó la hora de comer. Tenía muchísima hambre, y por suerte (Tn) y yo habíamos decidido ir a un restaurante a comer antes de ir a la estación por la tarde para reencontrarnos con nuestros amigos e ir a la playa todos juntos.
—¡Venga Zoro, que no llegamos! —(Tn) tiró de mi brazo y los dos rápidamente fuimos a nuestras casas. Como yo terminé antes de cambiarme, toqué el timbre de su casa. Una enrojecida (Tn) que todavía tenía la respiración agitada me abrió.
—¡Ya...estoy! —Dijo tratando de recuperar el aire.
Llevaba un vestido blanco con un poco de vuelo y una pamela que le quedaba un poco grande, y de su hombro colgaba una bolsa bastante grande que tenía pinta de pesar. De repente, las palabras de Robin de hace meses me vinieron a la cabeza.
«(Tn) es adorable, ¿no crees?» Me sonrojé. Ahora que la veía así vestida, sí que me lo parecía.
—¿Qué llevas ahí? —pregunté señalando la bolsa. No quería mirar a lugares comprometedores, solo por si acaso.
—Voy bien preparada —sonrió orgullosa—. Toallas, palas, crema, bañadores de recambio, una pelota... Ah, y un flotador. —Dijo mientras cerraba la puerta de casa con llave.
—¿Un flotador? —solté una pequeña risa.
—Pues por reírte no te lo dejo —se cruzó de brazos.
—Creo que Luffy no me lo iba a dejar de todas formas. —Ella rio por mi comentario.
Caminamos hasta la zona comercial del barrio. No había tantos restaurantes como en un centro comercial, o en el centro de la ciudad, pero no estaba nada mal. Sonreímos al pasar por el pequeño restaurante de Hatchan y ver que estaba lleno. Aunque no tuviesemos sitio, nos alegrabamos porque tuviese el restaurante lleno.
—¿Prefieres comida oriental u occidental? —me preguntó.
—Si te soy sincero, me apetece zampar pizza. —dije, natural.
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Voluntad de acero (Zoro x Lectora)
FanficDespués de sufrir una devastadora derrota a manos de Mihawk en el campeonato nacional de Kendo, Roronoa Zoro empieza a cuestionarse si de verdad debería seguir con el Kendo. Sin embargo, su mejor amiga, (Tn), se compromete a ayudarlo a entrenar y su...